Las épocas más adecuadas para efectuar la recogida son el invierno y el verano desde junio hasta septiembre, dependiendo del tipo de vegetal que se desee recoger y de la latitud geográfica. Bolsas de plástico herméticas de buena capacidad, papel de filtro o de estraza en pliegos grandes, pinzas largas accionadas en el extremo y un gancho metálico fuerte acoplado a una vara de suficiente longitud son los útiles más imprescindibles para la recogida. El gancho situado en el extremo de la pértiga se acciona hundiéndolo en el fondo del légamo con un movimiento semicircular para tratar de desenraizar el vegetal sumergido sin romper las raíces, el tallo ni las hojas y posteriormente se intenta atraer a la superficie la planta ya libre. A veces será necesario utilizar una red o manga de malla ancha como elemento auxiliar. Una vez que tengamos la planta en nuestra mano se sacudirá todavía dentro del agua enérgica, pero suavemente para desprender las partículas só1idas que quedan en suspensión entre las hojas. Posteriormente se depositan en los pliegos de papel humedecidos formando paquete sin doblar la planta, que se introducirá en las bolsas de plástico preparadas al efecto.