«Soberano helenístico»
Aníbal se puso al servicio de Prusias I durante esta guerra.[115] Una de sus victorias fue a costa de Eumenes II en el mar. Se ha dicho que fue uno de los primeros en usar la guerra biológica: lanzó calderos llenos de serpientes a los barcos enemigos.[116]
Otro de sus talentos militares fue la probable fundación de la ciudad de Prusa (actual Bursa en Turquía) a petición del rey Prusias I. Esta fundación, junto con la de Artaxata en Armenia, elevaría a Aníbal al rango de «soberano helenístico». Una profecía que se difundió en el mundo griego entre el 185 y el 180 a. C. evocaba a un rey llegado de Asia para hacer pagar a los romanos la sumisión que habían impuesto a griegos y macedonios. Muchos se empeñaron en pensar que este texto hacía referencia a Aníbal. Por esta razón, el cartaginés, de origen bárbaro a ojos de los griegos, se integró perfectamente en el mundo helenístico.[49] Los romanos no podían ignorar esta amenaza, y poco después enviaron una embajada a Prusias.
Para este último, Aníbal se convirtió en un incómodo invitado y el rey bitinio decidió traicionar a su huésped[20] que residía en Libisa, en la costa oriental del Mar de Mármara. Bajo la amenaza de ser entregado al embajador romano Tito Quincio Flaminino, Aníbal decidió suicidarse en el invierno del 183 a. C.[6][33] empleando un veneno[36] que, según se dice, llevó durante mucho tiempo en un anillo.[14][23] A pesar de todo, no está del todo claro cuál fue el año exacto de su muerte.[6] Si, tal como Tito Livio sugiere,[28] Aníbal murió en el 183 a. C., el mismo año que su gran enemigo, Escipión el Africano, el viejo general cartaginés contaría con 63 años.[20]
Aníbal se puso al servicio de Prusias I durante esta guerra.[115] Una de sus victorias fue a costa de Eumenes II en el mar. Se ha dicho que fue uno de los primeros en usar la guerra biológica: lanzó calderos llenos de serpientes a los barcos enemigos.[116]
Otro de sus talentos militares fue la probable fundación de la ciudad de Prusa (actual Bursa en Turquía) a petición del rey Prusias I. Esta fundación, junto con la de Artaxata en Armenia, elevaría a Aníbal al rango de «soberano helenístico». Una profecía que se difundió en el mundo griego entre el 185 y el 180 a. C. evocaba a un rey llegado de Asia para hacer pagar a los romanos la sumisión que habían impuesto a griegos y macedonios. Muchos se empeñaron en pensar que este texto hacía referencia a Aníbal. Por esta razón, el cartaginés, de origen bárbaro a ojos de los griegos, se integró perfectamente en el mundo helenístico.[49] Los romanos no podían ignorar esta amenaza, y poco después enviaron una embajada a Prusias.
Para este último, Aníbal se convirtió en un incómodo invitado y el rey bitinio decidió traicionar a su huésped[20] que residía en Libisa, en la costa oriental del Mar de Mármara. Bajo la amenaza de ser entregado al embajador romano Tito Quincio Flaminino, Aníbal decidió suicidarse en el invierno del 183 a. C.[6][33] empleando un veneno[36] que, según se dice, llevó durante mucho tiempo en un anillo.[14][23] A pesar de todo, no está del todo claro cuál fue el año exacto de su muerte.[6] Si, tal como Tito Livio sugiere,[28] Aníbal murió en el 183 a. C., el mismo año que su gran enemigo, Escipión el Africano, el viejo general cartaginés contaría con 63 años.[20]