En Castilla, donde prevalecen los grandes espacios, la liebre recorre grandes distancias en busca de alimento y su única defensa al estar sus perdederos alejados son sus patas y su corazón. En este tipo de terreno se va a imponer otro tipo de galgo, más duro de huellas, con mayor profundidad de pecho, de musculatura más larga y plana, en definitiva un galgo de mayor resistencia. Estos galgos al ser más pesados tendrán más alzada, y de hecho han sido los considerados más puros de cara a la estabilización de la raza.