Aquí este grupo de voluntarios. Unos rascando, y otros echando agua, bien calentita, sobre la gorrina, para dejarla limpia como los chorros del oro. Luego, el matachín profesional, se encargaría, con sus ayudantes, de descuartizarla.
Una vez terminada la faena. Todos a disfrutar de unas buenas gachas manchegas en armonía. ¡Hay que repetirlo todos los años!
Una vez terminada la faena. Todos a disfrutar de unas buenas gachas manchegas en armonía. ¡Hay que repetirlo todos los años!