Sin embargo, esa protesta no se puede comparar con lo ocurrido en España, advierte Jiřina Šiklová
“Creo que no hay casi ninguna relación entre las manifestaciones de los estudiantes españoles en 2011 y 2012 y las protestas de los jóvenes checos. En España, los estudiantes salieron a la calle para defender los intereses comunes de toda la sociedad y no por un tema concreto como las tasas semestrales. Y eso es una diferencia muy importante”.
Este punto de vista lo comparte también el sociólogo Jan Sládek de la Universidad Carolina de Praga quien observó desde muy cerca la Semana de Desobediencia a principios de 2012.
“En España o en Francia, los estudiantes forman parte de un movimiento de protesta más amplio dentro de la sociedad cívica. El tema principal de las protestas en estos países es el desempleo. Según las estadísticas, la mitad de los jóvenes españoles entre 25 y 35 años de edad no encuentran trabajo. Eso todavía no ocurre en Chequia. Y eso es muy importante. Los estudiantes checos no salieron a la calle por miedo al futuro”.
En cuanto a la pregunta sobre el motivo de las protestas estudiantiles en las ciudades universitarias checas hay dos respuestas diferentes, señala Jan Sládek.
“Por un lado se dice que los estudiantes protestaron contra la reforma de las universidades que tenía por objetivo reducir las libertades académicas e introducir el pago de tasas semestrales. La otra interpretación de las protestas es que los estudiantes representaron a la sociedad oprimida, como ocurre a menudo en el extranjero. No obstante, no creo que los estudiantes checos hayan protestado contra el capitalismo o el neoliberalismo. Una parte de los jóvenes utiliza este tipo de retórica, pero no una mayoría”.
En el caso de la Semana de la Desobediencia, no se trataba tampoco de una rebeldía de los estudiantes contra los profesores, sino de una manifestación de toda la comunidad académica contra los cambios que quería introducir el Ministerio de Educación, agrega Jan Sládek.
Según el sociólogo, las protestas fueron dirigidas también contra Josef Dobeš, el ministro de Educación en aquel entonces, que no se mostró muy hábil en cuanto a la comunicación con los estudiantes. Su cara se hizo omnipresente en las pancartas e disfraces utilizados en las manifestaciones. “No puedo imaginar, que haya una antipatía tan grande contra el actual ministro Petr Fiala”, señala Jan Sládek.
“Creo que no hay casi ninguna relación entre las manifestaciones de los estudiantes españoles en 2011 y 2012 y las protestas de los jóvenes checos. En España, los estudiantes salieron a la calle para defender los intereses comunes de toda la sociedad y no por un tema concreto como las tasas semestrales. Y eso es una diferencia muy importante”.
Este punto de vista lo comparte también el sociólogo Jan Sládek de la Universidad Carolina de Praga quien observó desde muy cerca la Semana de Desobediencia a principios de 2012.
“En España o en Francia, los estudiantes forman parte de un movimiento de protesta más amplio dentro de la sociedad cívica. El tema principal de las protestas en estos países es el desempleo. Según las estadísticas, la mitad de los jóvenes españoles entre 25 y 35 años de edad no encuentran trabajo. Eso todavía no ocurre en Chequia. Y eso es muy importante. Los estudiantes checos no salieron a la calle por miedo al futuro”.
En cuanto a la pregunta sobre el motivo de las protestas estudiantiles en las ciudades universitarias checas hay dos respuestas diferentes, señala Jan Sládek.
“Por un lado se dice que los estudiantes protestaron contra la reforma de las universidades que tenía por objetivo reducir las libertades académicas e introducir el pago de tasas semestrales. La otra interpretación de las protestas es que los estudiantes representaron a la sociedad oprimida, como ocurre a menudo en el extranjero. No obstante, no creo que los estudiantes checos hayan protestado contra el capitalismo o el neoliberalismo. Una parte de los jóvenes utiliza este tipo de retórica, pero no una mayoría”.
En el caso de la Semana de la Desobediencia, no se trataba tampoco de una rebeldía de los estudiantes contra los profesores, sino de una manifestación de toda la comunidad académica contra los cambios que quería introducir el Ministerio de Educación, agrega Jan Sládek.
Según el sociólogo, las protestas fueron dirigidas también contra Josef Dobeš, el ministro de Educación en aquel entonces, que no se mostró muy hábil en cuanto a la comunicación con los estudiantes. Su cara se hizo omnipresente en las pancartas e disfraces utilizados en las manifestaciones. “No puedo imaginar, que haya una antipatía tan grande contra el actual ministro Petr Fiala”, señala Jan Sládek.