Me he referido a esta historia de nuestra fe no sólo por razones de devoción personal y conciencia latinoamericana, sino también para poner de relieve la intervención directa de la Virgen, ejerciendo su función dinámica en la edificación de la Iglesia del Señor. María es la gran Evangelizadora de América, no solamente guía y estrella de Evangelización, como bien resalta Puebla, sino Ella misma evangelizadora.