Pienso que el ejemplo es más categórico que muchos argumentos. Creo que la acción de María de Guadalupe es inequívocamente evangelizadora. Y creo, también, que el testimonio que nos ha legado en la tilma de Juan Diego, con los avances de la ciencia moderna que sólo en nuestro tiempo -mediante el uso de avanzados procesos científicos- han permitido descubrir en los ojos de la Virgen la imagen de quienes se encontraban en aquel momento junto con el Obispo Zumárraga, son un continuo mensaje evangelizador, y un aliento para que cada uno de nosotros se comprometa con Santa María en la nueva evangelización a la que en sus visitas nos ha invitado con insistencia y dulce energía el Papa Juan Pablo II.