17. Después de la muerte de Herodes, cuando la sagrada familia regresa a Nazaret, comienza el largo período de la vida oculta. La que « ha creído que se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor » (Lc 1, 45) vive cada día el contenido de estas palabras. Diariamente junto a ella está el Hijo a quien ha puesto por nombre Jesús; por consiguiente, en la relación con él usa ciertamente este nombre, que por lo demás no podía maravillar a nadie, usándose desde hacía mucho tiempo en Israel. Sin embargo, María sabe que el que lleva por nombre Jesús ha sido llamado por el ángel « Hijo del Altísimo » (cf. Lc 1, 32). María sabe que lo ha concebido y dado a luz « sin conocer varón », por obra del Espíritu Santo, con el poder del Altísimo que ha extendido su sombra sobre ella (cf. Lc 1, 35), así como la nube velaba la presencia de Dios en tiempos de Moisés y de los padres (cf. Ex 24, 16; 40, 34-35; 1 Rm 8, 10-12). Por lo tanto, María sabe que el Hijo dado a luz virginalmente, es precisamente aquel « Santo », el « Hijo de Dios », del que le ha hablado el ángel.