20. El evangelio de Lucas recoge el momento en el que « alzó la voz una mujer de entre la gente, y dijo, dirigiéndose a Jesús: « ¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron! » (Lc 11, 27). Estas palabras constituían una alabanza para María como madre de Jesús, según la carne. La Madre de Jesús quizás no era conocida personalmente por esta mujer. En efecto, cuando Jesús comenzó su actividad mesiánica, María no le acompañaba y seguía permaneciendo en Nazaret. Se diría que las palabras de aquella mujer desconocida le hayan hecho salir, en cierto modo, de su escondimiento.