ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Chicago...

Chicago

Tras el éxito en el sur, Martin L. King y otras organizaciones en defensa de los derechos civiles intentaron extender en 1966 el movimiento hacia el norte: Chicago se convirtió en el objetivo principal. Martin Luther y Ralph Abernathy, ambos de clase media, se mudaron a los suburbios de Chicago en el contexto de una experiencia educativa y para mostrar su apoyo y empatía con los pobres.

La SCLC formó una alianza con la Coordinating Council of Community Organizations (CCCO), una organización fundada por Albert Raby Jr., y con el Chicago Freedom Movement (CFM). Durante la primavera, realizaron una serie de experimentos (testing) con parejas negras y blancas con el fin de desvelar las prácticas discriminatorias de las sociedades inmobiliarias. Los tests revelaron que la selección de parejas que solicitaban una vivienda no estaba basada en modo alguno en los ingresos, la distancia al trabajo, el número de hijos u otras características socio-económicas (pues las parejas presentaban exactamente los mismos), sino más bien por el color de la piel.

Se organizaron grandes marchas pacíficas en Chicago y, Abernathy lo contaría más tarde, la recepción que tuvieron fue peor que en el sur. Fueron recibidos por una muchedumbre rencorosa que les lanzaba botellas, y Martin L. King y él comenzaron a temer que se desencadenase un motín.

Los principios de Martin Luther King chocaban con la responsabilidad de tener que llevar a los suyos hacia un hecho violento. Si Martin Luther King tenía la convicción de que una marcha pacífica iba a ser dispersada con violencia, prefería anularla para salvaguardar la seguridad de todos, como fue el caso del Bloody Sunday. No obstante, y a pesar de las amenazas de muerte contra su persona, condujo esas marchas. La violencia en Chicago fue tan intensa que conmocionó a los dos amigos.

Otro problema fue la duplicidad de los dirigentes de la ciudad. Algunos acuerdos sobre las acciones que había que realizar indicadas por King y Abernathy fueron anuladas más tarde por los políticos que formaban parte del ayuntamiento corrupto de Richard Daley[cita requerida]. Abernathy no pudo soportar las condiciones de vida en los suburbios y se marchó secretamente tras un corto período. Martin Luther King se quedó y escribió sobre el impacto emocional que representaba para Coretta y sus hijos el vivir en medio de condiciones tan duras.

Cuando Martin Luther King y sus aliados regresaron a casa, dejaron a Jesse Jackson, un joven seminarista que ya había participado en las acciones del sur, que organizase los primeros boicots dirigidos a conseguir el acceso a los mismos empleos, algo que resultaría ser un éxito tal que desembocaría en el programa de igualdad de oportunidades de los años 70.