Contra la guerra de Vietnam y la pobreza
A partir de 1965, Martin Luther King comenzó a expresar públicamente sus dudas sobre el papel de los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam. El 4 de abril de 1967, un año antes de su muerte, pronunció en Nueva York el discurso «Más allá de Vietnam: el momento de romper el silencio». Denunciaba en él la actitud de Estados Unidos en Vietnam e insistía en el hecho de que estaban ocupando el país como una colonia estadounidense y llamaba al gobierno estadounidense «el más grande proveedor de violencia en el mundo de hoy». Insistía, también, en que el país tenía necesidad de un gran cambio moral: 49
Una verdadera revolución de valores se preocuparía luego, avergonzada, de los sorprendentes contrastes entre la pobreza y la riqueza. Con una indignación justificada, miraría más allá de los mares y vería a los capitalistas individualistas del oeste invirtiendo enormes cantidades de dinero en Asia, en África y en América del sur, solo para conseguir beneficios y sin ninguna preocupación por las mejoras sociales en esos países, diría: “No es justo”.
Consideraba que Vietnam hacía difícil alcanzar los objetivos enunciados por Johnson en su discurso sobre el estado de la Unión de 1964, en el que anunciaba una «guerra contra la pobreza».
Martin Luther King ya era odiado por numerosos blancos racistas de los estados del sur, pero este discurso hizo que numerosos medios se volviesen contra él. Time calificó el discurso como «una calumnia demagógica que parecía un guion de Radio Hanoi», y The Washington Post declaró que King «había disminuido su utilidad a su causa, su país, su gente».
Martin Luther King expresó con frecuencia la idea de que Vietnam del Norte «no había empezado a enviar un gran número de provisiones u hombres hasta que las fuerzas estadounidenses llegaron por decenas de miles». Elogió también la reforma agraria emprendida por el norte. 50 Acusó, igualmente, a los Estados Unidos de haber matado a un millón de vietnamitas, «sobre todo niños».51 Y propuso en una carta al monje budista y pacifista vietnamita Thich Nhat Hanh, que luchaba por detener el conflicto, para el Premio Nobel de la Paz de 1967.
Dijo también en su discurso52 que
la verdadera compasión es más que dar una limosna a un mendigo; permite ver que un edificio que produce mendigos tiene necesidad de una reestructuración. […] de Vietnam a África del Sur pasando por América latina, los Estados Unidos están en el lado malo de la revolución mundial.
Además, cuestionó «nuestra alianza con los terratenientes de América latina» y se preguntó por qué los Estados Unidos reprimían en lugar de apoyar las revoluciones de los «pueblos descalzos y descamisados» del tercer mundo.
El discurso era un reflejo de la evolución política de Martin Luther King en sus últimos años, debido en parte a su afiliación al Highlander Research and Education Center progresista, y que lo había llevado a hablar de una necesidad de cambios fundamentales en la vida política y económica de la nación. Expresaba con mucha frecuencia su oposición a la guerra y la necesidad de redistribuir los recursos para corregir las injusticias raciales y sociales.
Y aunque en sus alocuciones públicas era reservado a la hora de adscribirse ideológicamente, con el fin de evitar ser etiquetado como comunista por sus enemigos políticos, en privado declaraba habitualmente apoyar al socialismo democrático: 53
Ustedes no pueden hablar de una resolución del problema económico de los negros sin hablar de millones de dólares. Ustedes no pueden hablar del fin de las chabolas sin decir primero que los beneficios no pueden conseguirse gracias a las chabolas. Ustedes en verdad falsean la realidad porque tienen negocios ahora con la gente. Ustedes tienen negocios con los capitanes de la industria […] Eso significa ahora que ustedes se mueven en un mar agitado, porque eso significa que hay algo que no funciona con... el capitalismo... Debe haber una mejor distribución de la riqueza y puede ser que América tenga que dirigirse hacia un socialismo democrático.
Martin Luther King había leído a Marx cuando estaba en Morehouse, pero aunque rechazaba el «capitalismo tradicional», rechazaba también el comunismo a causa «de su interpretación materialista de la historia» que niega la religión, su «relativismo étnico» y su «totalitarismo político».54
A partir de 1965, Martin Luther King comenzó a expresar públicamente sus dudas sobre el papel de los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam. El 4 de abril de 1967, un año antes de su muerte, pronunció en Nueva York el discurso «Más allá de Vietnam: el momento de romper el silencio». Denunciaba en él la actitud de Estados Unidos en Vietnam e insistía en el hecho de que estaban ocupando el país como una colonia estadounidense y llamaba al gobierno estadounidense «el más grande proveedor de violencia en el mundo de hoy». Insistía, también, en que el país tenía necesidad de un gran cambio moral: 49
Una verdadera revolución de valores se preocuparía luego, avergonzada, de los sorprendentes contrastes entre la pobreza y la riqueza. Con una indignación justificada, miraría más allá de los mares y vería a los capitalistas individualistas del oeste invirtiendo enormes cantidades de dinero en Asia, en África y en América del sur, solo para conseguir beneficios y sin ninguna preocupación por las mejoras sociales en esos países, diría: “No es justo”.
Consideraba que Vietnam hacía difícil alcanzar los objetivos enunciados por Johnson en su discurso sobre el estado de la Unión de 1964, en el que anunciaba una «guerra contra la pobreza».
Martin Luther King ya era odiado por numerosos blancos racistas de los estados del sur, pero este discurso hizo que numerosos medios se volviesen contra él. Time calificó el discurso como «una calumnia demagógica que parecía un guion de Radio Hanoi», y The Washington Post declaró que King «había disminuido su utilidad a su causa, su país, su gente».
Martin Luther King expresó con frecuencia la idea de que Vietnam del Norte «no había empezado a enviar un gran número de provisiones u hombres hasta que las fuerzas estadounidenses llegaron por decenas de miles». Elogió también la reforma agraria emprendida por el norte. 50 Acusó, igualmente, a los Estados Unidos de haber matado a un millón de vietnamitas, «sobre todo niños».51 Y propuso en una carta al monje budista y pacifista vietnamita Thich Nhat Hanh, que luchaba por detener el conflicto, para el Premio Nobel de la Paz de 1967.
Dijo también en su discurso52 que
la verdadera compasión es más que dar una limosna a un mendigo; permite ver que un edificio que produce mendigos tiene necesidad de una reestructuración. […] de Vietnam a África del Sur pasando por América latina, los Estados Unidos están en el lado malo de la revolución mundial.
Además, cuestionó «nuestra alianza con los terratenientes de América latina» y se preguntó por qué los Estados Unidos reprimían en lugar de apoyar las revoluciones de los «pueblos descalzos y descamisados» del tercer mundo.
El discurso era un reflejo de la evolución política de Martin Luther King en sus últimos años, debido en parte a su afiliación al Highlander Research and Education Center progresista, y que lo había llevado a hablar de una necesidad de cambios fundamentales en la vida política y económica de la nación. Expresaba con mucha frecuencia su oposición a la guerra y la necesidad de redistribuir los recursos para corregir las injusticias raciales y sociales.
Y aunque en sus alocuciones públicas era reservado a la hora de adscribirse ideológicamente, con el fin de evitar ser etiquetado como comunista por sus enemigos políticos, en privado declaraba habitualmente apoyar al socialismo democrático: 53
Ustedes no pueden hablar de una resolución del problema económico de los negros sin hablar de millones de dólares. Ustedes no pueden hablar del fin de las chabolas sin decir primero que los beneficios no pueden conseguirse gracias a las chabolas. Ustedes en verdad falsean la realidad porque tienen negocios ahora con la gente. Ustedes tienen negocios con los capitanes de la industria […] Eso significa ahora que ustedes se mueven en un mar agitado, porque eso significa que hay algo que no funciona con... el capitalismo... Debe haber una mejor distribución de la riqueza y puede ser que América tenga que dirigirse hacia un socialismo democrático.
Martin Luther King había leído a Marx cuando estaba en Morehouse, pero aunque rechazaba el «capitalismo tradicional», rechazaba también el comunismo a causa «de su interpretación materialista de la historia» que niega la religión, su «relativismo étnico» y su «totalitarismo político».54