El Santo Padre señaló que “la pasión por lo humano, por toda la humanidad encuentra en este momento de la historia serias dificultades”, y denuncia que “la distancia entre la obsesión por el propio bienestar y la felicidad compartida de la humanidad se amplía hasta tal punto que da la impresión de que se está produciendo un verdadero cisma entre el individuo y la comunidad humana”.