ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ¿Qué queda, entonces, de la grandeza de la unión conyugal?,...

¿Qué queda, entonces, de la grandeza de la unión conyugal?, ¿qué de la arriesgada aventura que siempre ha sido?, ¿con qué objeto «pasar por la iglesia o por el juzgado»? Vistas así las cosas, a quienes sostienen la absoluta primacía del amor habría que comenzar por darles la razón… para después hacerles ver algo de capital importancia: que es imposible quererse bien, a fondo, sin estar casados.