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“2005-02-12 00:24:21 Bueno, pues cuando la Administración se pone a cambiar papeles y formularios, es como preñar a los ciudadanos, y hasta que no se suelta uno la nueva criatura, ¡eso!, ¡se está de parto. Afortunadamente he terminado la solicitud de la PAC, con la moda del SigPac. He estado callado porque no llegaba a más. Por supuesto Milagros que se formó la orquesta. Pepe hacía de Director y encargado del repertorio, y ocho o diez chavales desfilábamos tocando como si la Banda de Pedroñeras acabara de llegar. Lo curioso del caso eran los instrumentos (que me acuerdo muy bien). Los de viento, principalmente flautas; estaban hechas de un trozo de cañizo, un tubo; en un extremo se tapaba con un papel de fumar atado con hilo (hacía de diafragma vibrador), llevaba los agujeros semejantes a la flauta dulce y sonaba de maravilla. Flautas de lengüeta, también. Tambores y timbales; cualquier lata o cacerola, que pillábamos. Los ensayos se hacían eternos y siempre alguien terminaba desafinando, con el consiguiente enfado del dire. Nos reuníamos después de la escuela en los porches de las ovejas y estoy seguro que algún que otro pasacalles hicimos por todo el pueblo. Cerrad los ojos y tratad de imaginar semejante estampa, cada uno sujetándose como podía los pantalones, para ir erguidos y marciales. Hasta ahora nada de chicas, puro arte. Lo de las chicas, que claro, venían al son de tanta bulla, lo dejo para otro día.”