
El ascetismo es necesario para todos debido a nuestras pasiones, los deseos intensos de la carne, los cuales a veces son llamados concupiscencia. La experiencia nos enseña que muchas veces somos llevados por estos deseos en formas en las que apenas logramos controlar. San Pablo nos dice que:
“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que ustedes no pueden hacer lo que deseen.” (Gal 5,17)
“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que ustedes no pueden hacer lo que deseen.” (Gal 5,17)