
Debemos tener en mente que la pasión de la carne no es necesariamente mala, pero que debido nuestra naturaleza caída, ellos están fuera de control y nos quieren dominar. Eso sin considerar nuestras pasiones, que llevan nuestras almas a un comportamiento destructivo como la glotonería, el odio, los desórdenes sexuales, o adicciones de todo tipo. Eventualmente su dominio nos llevará al infierno.