« La mies es mucha » (Mt 9, 37). Estas palabras del Señor se aplican muy bien al campo de la pastoral de la tercera y de la cuarta edad, un campo que, por su misma amplitud, requiere la obra y el esfuerzo generoso y apasionado de muchos apóstoles, de muchos agentes de pastoral, de testigos que sepan convencer acerca de la plenitud que puede caracterizar esta etapa de la vida, siempre que esté fundada en la « roca » que es Cristo (cf. Mt 7, 24-27).