ORGANIZACIÓN MUNDIAL
DE LA SALUD
Tuberculosis multiresistente
Los medicamentos antituberculosos corrientes llevan décadas utilizándose. En todos los países estudiados, se ha comprobado la existencia de cepas del bacilo que presentan resistencia a al menos un medicamento antituberculoso. La farmacoresistencia surge debido a una mala utilización de los medicamentos antituberculosos, ya sea a través de su prescripción incorrecta por los dispensadores de atención de salud, o por la mala calidad de los medicamentos o la interrupción prematura del tratamiento por los pacientes.
La tuberculosis multiresistente (TB-MDR) es la causada por una cepa que no responde al tratamiento con isoniazida y rifampicina, los dos medicamentos antituberculosos de primera línea más eficaces de que se dispone. La forma multiresistente se puede tratar y curar con medicamentos de segunda línea. Sin embargo, las opciones de tratamiento de segunda línea son limitadas y requieren quimioterapia de larga duración (hasta dos años de tratamiento) con fármacos que además de caros son tóxicos.
En algunos casos, se pueden alcanzar grados aún más preocupantes de farmacoresistencia. La tuberculosis ultraresistente (TB-XDR) es una forma más grave de tuberculosis farmacoresistente causada por bacterias que no responden a los medicamentos antituberculosos de segunda línea más eficaces, lo que deja a muchos pacientes sin otras opciones de tratamiento.
En 2016, la TB-MDR siguió constituyendo una crisis de salud pública y una amenaza para la seguridad sanitaria. Según las estimaciones de la OMS hubo 600 000 nuevos casos de resistencia a la rifampicina (el fármaco de primera línea más eficaz), 490 000 de los cuales padecían TB-MDR.
La carga de tuberculosis multiresistente recae en buena parte sobre tres países –la India, China y la Federación de Rusia–, que juntos suman casi la mitad de los casos registrados a nivel mundial. En 2016 cerca del 6,2% de los casos multiresistentes presentaban tuberculosis ultraresistente.
A nivel mundial, apenas el 54% de los enfermos con tuberculosis multiresistente y el 30% de los enfermos con tuberculosis ultraresistente reciben actualmente un tratamiento eficaz. La OMS ha aprobado en 2016 el uso de un régimen normalizado de corta duración para enfermos con tuberculosis multiresistente en los que no se han detectado cepas resistentes a los fármacos antituberculosos de segunda línea. Este régimen terapéutico, que varía entre los 9 y 12 meses, es mucho menos caro que los tratamientos convencionales contra la tuberculosis multiresistente que pueden durar hasta 2 años. Los pacientes con tuberculosis ultaresistente o farmacoresistencia a los antituberculosos de segunda línea, sin embargo, no pueden utilizar este régimen y deberán seguir tratamientos más largos contra la tuberculosis multiresistente, a los que se podrán añadir uno de los nuevos fármacos (bedaquilina y delamanida).
La OMS también ha aprobado en 2016 una prueba de diagnóstico rápido para identificar cuanto antes a estos enfermos. Más de 35 países de África y Asia han empezado ya a utilizar regímenes más cortos contra la tuberculosis multirresistente. En un esfuerzo por mejorar la eficacia de los regímenes terapéuticos contra esta forma de la enfermedad, 89 países habían introducido para junio de 2017 la bedaquilina y 54 países, la delamanida.
DE LA SALUD
Tuberculosis multiresistente
Los medicamentos antituberculosos corrientes llevan décadas utilizándose. En todos los países estudiados, se ha comprobado la existencia de cepas del bacilo que presentan resistencia a al menos un medicamento antituberculoso. La farmacoresistencia surge debido a una mala utilización de los medicamentos antituberculosos, ya sea a través de su prescripción incorrecta por los dispensadores de atención de salud, o por la mala calidad de los medicamentos o la interrupción prematura del tratamiento por los pacientes.
La tuberculosis multiresistente (TB-MDR) es la causada por una cepa que no responde al tratamiento con isoniazida y rifampicina, los dos medicamentos antituberculosos de primera línea más eficaces de que se dispone. La forma multiresistente se puede tratar y curar con medicamentos de segunda línea. Sin embargo, las opciones de tratamiento de segunda línea son limitadas y requieren quimioterapia de larga duración (hasta dos años de tratamiento) con fármacos que además de caros son tóxicos.
En algunos casos, se pueden alcanzar grados aún más preocupantes de farmacoresistencia. La tuberculosis ultraresistente (TB-XDR) es una forma más grave de tuberculosis farmacoresistente causada por bacterias que no responden a los medicamentos antituberculosos de segunda línea más eficaces, lo que deja a muchos pacientes sin otras opciones de tratamiento.
En 2016, la TB-MDR siguió constituyendo una crisis de salud pública y una amenaza para la seguridad sanitaria. Según las estimaciones de la OMS hubo 600 000 nuevos casos de resistencia a la rifampicina (el fármaco de primera línea más eficaz), 490 000 de los cuales padecían TB-MDR.
La carga de tuberculosis multiresistente recae en buena parte sobre tres países –la India, China y la Federación de Rusia–, que juntos suman casi la mitad de los casos registrados a nivel mundial. En 2016 cerca del 6,2% de los casos multiresistentes presentaban tuberculosis ultraresistente.
A nivel mundial, apenas el 54% de los enfermos con tuberculosis multiresistente y el 30% de los enfermos con tuberculosis ultraresistente reciben actualmente un tratamiento eficaz. La OMS ha aprobado en 2016 el uso de un régimen normalizado de corta duración para enfermos con tuberculosis multiresistente en los que no se han detectado cepas resistentes a los fármacos antituberculosos de segunda línea. Este régimen terapéutico, que varía entre los 9 y 12 meses, es mucho menos caro que los tratamientos convencionales contra la tuberculosis multiresistente que pueden durar hasta 2 años. Los pacientes con tuberculosis ultaresistente o farmacoresistencia a los antituberculosos de segunda línea, sin embargo, no pueden utilizar este régimen y deberán seguir tratamientos más largos contra la tuberculosis multiresistente, a los que se podrán añadir uno de los nuevos fármacos (bedaquilina y delamanida).
La OMS también ha aprobado en 2016 una prueba de diagnóstico rápido para identificar cuanto antes a estos enfermos. Más de 35 países de África y Asia han empezado ya a utilizar regímenes más cortos contra la tuberculosis multirresistente. En un esfuerzo por mejorar la eficacia de los regímenes terapéuticos contra esta forma de la enfermedad, 89 países habían introducido para junio de 2017 la bedaquilina y 54 países, la delamanida.