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Otros lugares sugeridos y postre típico
La ya mencionada Plaza de la Encarnación -o ‘Las Setas’- es uno de los puntos por donde ver pasar las procesiones, además de un lugar perfecto para sentarse a disfrutar del ambiente o tomarse algo en los múltiples bares y descansar. Varias hermandades procesionan por ahí y está fuera del recorrido oficial.
Otro de los sitios donde poder ver procesiones y contemplar además unas bonitas vistas del río y la Torre del Oro es el Puente de Triana -si estuviera muy abarrotado, lo ideal sería situarse por los alrededores-, podéis aprovechar para dar una vuelta por el Paseo Alcalde Marqués del Contadero, en la orilla del río; ir tomar algo en el Mercado Lonja del Barranco, al otro lado del puente; o disfrutar del ambiente sevillano en la calle San Jacinto o calle Betis, si llegáis desde el Barrio de Triana.
En cuanto a los postres, en la Semana Santa adquieren otra dimensión. Los pestiños, los buñuelos o los huesos de santo están entre ellos. Pero, sin lugar a dudas, el postre estrella son las torrijas: elaboradas a base de pan, leche, huevos y azúcar.
Su origen se remonta hasta el siglo XV, pero no fue hasta principios del siglo XX cuando se convirtió en un postre típico de Semana Santa. Elaborado con ingredientes básicos y económicos, se extendió debido a su popularidad: era idóneo para reponer energías tras los periodos de ayuno que establecía la iglesia en Semana Santa.
La ya mencionada Plaza de la Encarnación -o ‘Las Setas’- es uno de los puntos por donde ver pasar las procesiones, además de un lugar perfecto para sentarse a disfrutar del ambiente o tomarse algo en los múltiples bares y descansar. Varias hermandades procesionan por ahí y está fuera del recorrido oficial.
Otro de los sitios donde poder ver procesiones y contemplar además unas bonitas vistas del río y la Torre del Oro es el Puente de Triana -si estuviera muy abarrotado, lo ideal sería situarse por los alrededores-, podéis aprovechar para dar una vuelta por el Paseo Alcalde Marqués del Contadero, en la orilla del río; ir tomar algo en el Mercado Lonja del Barranco, al otro lado del puente; o disfrutar del ambiente sevillano en la calle San Jacinto o calle Betis, si llegáis desde el Barrio de Triana.
En cuanto a los postres, en la Semana Santa adquieren otra dimensión. Los pestiños, los buñuelos o los huesos de santo están entre ellos. Pero, sin lugar a dudas, el postre estrella son las torrijas: elaboradas a base de pan, leche, huevos y azúcar.
Su origen se remonta hasta el siglo XV, pero no fue hasta principios del siglo XX cuando se convirtió en un postre típico de Semana Santa. Elaborado con ingredientes básicos y económicos, se extendió debido a su popularidad: era idóneo para reponer energías tras los periodos de ayuno que establecía la iglesia en Semana Santa.