MÁLAGA
Para algunos significa simplemente el primer parón tras un largo periodo hivernal y unas merecidas vacaciones de primavera. Sin embargo, para otros muchos, Semana Santa supone un momento idóneo para vivir la tradición y la pasión a través de una de las manifestaciones religiosas más arraigadas de España: las procesiones.
Durante estos días, miles de devotos saldrán a las calles para revivir la pasión de Cristo, en un espectáculo cuya liturgia fascina por su perfección. Cada procesión es distinta y cada localidad tiene sus ritos y costumbres, pero nos permitimos recomendarte nueve (pidiendo disculpas de antemano a aquellos que no compartan nuestra selección) que deberías vivir al menos una vez en la vida.
Procesión del Cristo de la Buena Muerte de Málaga
Las primeras cofradías y hermandades de la capital malagueña se remontan a finales del siglo XV, lo que permite hacerse una idea del profundo arraigo de la Semana Santa y de las procesiones entre sus habitantes. Sus pasos barrocos -conocidos como tronos-, aglutinan a miles de costaleros y penitentes que siguen el recorrido con fervor.
Entre las cofradías más simbólicas sobresalen algunas de especialmente emblemáticas como la de los Gitanos, la de Jesús el Cautivo -sin duda el más venerado-, conocido como el Señor de Málaga, que tiene lugar el Lunes Santo por la tarde, o la de los legionarios y su Cristo de la Buena Muerte -o Cristo de Mena -. Esta última imagen, desembarcada en el puerto de Málaga durante la mediodía del Jueves Santo, recorre en procesión las calles de la ciudad la misma tarde -en algunos momentos a hombros de soldados- al son del himno del Novio de la Muerte.
La curiosidad de la Semana Santa malagueña la protagoniza el paso de Jesús el Rico que, por privilegio real, desde el siglo XVIII libera a un preso de la cárcel el miércoles por la tarde.
Para algunos significa simplemente el primer parón tras un largo periodo hivernal y unas merecidas vacaciones de primavera. Sin embargo, para otros muchos, Semana Santa supone un momento idóneo para vivir la tradición y la pasión a través de una de las manifestaciones religiosas más arraigadas de España: las procesiones.
Durante estos días, miles de devotos saldrán a las calles para revivir la pasión de Cristo, en un espectáculo cuya liturgia fascina por su perfección. Cada procesión es distinta y cada localidad tiene sus ritos y costumbres, pero nos permitimos recomendarte nueve (pidiendo disculpas de antemano a aquellos que no compartan nuestra selección) que deberías vivir al menos una vez en la vida.
Procesión del Cristo de la Buena Muerte de Málaga
Las primeras cofradías y hermandades de la capital malagueña se remontan a finales del siglo XV, lo que permite hacerse una idea del profundo arraigo de la Semana Santa y de las procesiones entre sus habitantes. Sus pasos barrocos -conocidos como tronos-, aglutinan a miles de costaleros y penitentes que siguen el recorrido con fervor.
Entre las cofradías más simbólicas sobresalen algunas de especialmente emblemáticas como la de los Gitanos, la de Jesús el Cautivo -sin duda el más venerado-, conocido como el Señor de Málaga, que tiene lugar el Lunes Santo por la tarde, o la de los legionarios y su Cristo de la Buena Muerte -o Cristo de Mena -. Esta última imagen, desembarcada en el puerto de Málaga durante la mediodía del Jueves Santo, recorre en procesión las calles de la ciudad la misma tarde -en algunos momentos a hombros de soldados- al son del himno del Novio de la Muerte.
La curiosidad de la Semana Santa malagueña la protagoniza el paso de Jesús el Rico que, por privilegio real, desde el siglo XVIII libera a un preso de la cárcel el miércoles por la tarde.