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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Juegos florales de Barcelona...

Juegos florales de Barcelona

Los juegos florales de Barcelona volvieron a instaurarse el primer domingo de mayo de 1859 gracias a las iniciativas de Antoni de Bofarull y de Víctor Balaguer, con el lema «Patria, Fides, Amor», en alusión a los tres premios ordinarios: la Flor Natural o premio de honor, que se otorgaba a la mejor poesía amorosa, la Englantina de oro a la mejor poesía patriótica y la Viola d'or i argent al mejor poema religioso. Había también otros premios ordinarios. El ganador de tres premios ordinarios era investido con el título de Mestre en Gai Saber.

Un gran sector de los intelectuales y de los políticos catalanes dio apoyo a los juegos florales, y esto contribuyó al prestigio de la literatura catalana culta. En este marco se manifiestan posiciones diferenciadas respecto al modelo de lengua. Marià Aguiló defiende una primera vía que tome como modelos los diversos autores de todas las formas dialectales; Antoni Bofarull defiende modelos del siglo XVI y XVII y el dialecto empleado en Barcelona y finalmente, hay una tercera vía que no dispone de un defensor visible dentro la estructura de los juegos que defiende un catalán barcelonés del siglo XIX. Entre las dos últimas tendencias había movimientos aproximativos. Hay críticos como Frederic Soler y su entorno que en la mayoría de los casos acabarán participando. Los juegos aglutinan participantes de ideologías contrapuestas, republicanos, conservadores y generaciones más jóvenes que se van apuntando. Toda la diversidad ideológica se hace patente a los discursos realizados en los juegos.

Estos se han convertido en un referente para el estudio del debate interno y de la evolución ideológica de sus participantes.