ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: DÍA QUINTO...

DÍA QUINTO
Danos hoy nuestro pan de cada día
Ya hemos observado el gran amor de nuestra Santa por el Santísimo Sacramento y cómo Jesús correspondía a esta delicadeza socorriéndola en lo material y espiritual en todo momento. Le fue permitida la Comunión frecuente, la cual para ella era consuelo y sustento. En una ocasión en que se encontraba con una gran debilidad física debida a su prolongado ayuno Dios le procuró alivio a su necesidad. Su madre, al encontrarla muy cansada le dijo:- Hija ¿qué tienes?- Nada madre, contestó Rosa- Voy a prepararte una taza de chocolate pues estás muy débil.- No se preocupe madre, Dios ya dispuso el alivio y no deseo que haga ese gasto, contestó la santa- Por Dios hija mía, no has tenido tiempo de pedir ayuda a nadie ¿cómo quieres que te ayude Dios? Al instante suena la puerta de su casa, era un criado de la don Gonzalo de La Maza, cuya familia era amiga de la de Rosa …Maravillada, la madre le pregunta:- ¿Cómo supiste de esto?’Respondió Rosa: yo le pedí a mi ángel guardián que mueva a la familia de la Maza para que envíen el remedio y le alivien el gasto que deseaba hacer… Demás está decir que quedó enteramente restablecida…

Pidamos a Rosa que aumente nuestra hambre de Dios por la lectura asidua del Evangelio y la recepción continua del Santísimo Sacramento.