ANTÍFONA. Oh, Bienaventurado Ramón, que con todo su corazón amó a Cristo, y para ejemplo de su caridad no dudó en quedarse cautivo por librar a los cautivos. Oh dichosa vida, que aunque no la quitó la espada de los perseguidores, no por eso perdió el mérito del martirio.
V. Mi corazón y mi carne,
R. Se alegran por el Dios vivo.
V. Mi corazón y mi carne,
R. Se alegran por el Dios vivo.