ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: El santo obispo se vendó él mismo los ojos y se arrodilló....
El santo obispo se vendó él mismo los ojos y se arrodilló. El verdugo le cortó la cabeza con un golpe de espada. Esa noche los fieles llevaron en solemne procesión, con antorchas y cantos, el cuerpo del glorioso mártir para darle honrosa sepultura.