Día IX - La devoción a Nuestra Señora
Virgen María: “Su vida debe ser similar a la mía, silenciosa y escondida; deben unirse continuamente a Dios, rogar por la humanidad y preparar al mundo para la segunda venida de Dios”. (Diario 625).
Santa Faustina: “Oh dulce Madre de Dios, sobre Ti modelo mi vida, Tú eres para mí una aurora radiante, en ti me pierdo extasiada. Oh Madre, Virgen Inmaculada, en ti el rayo divino se refleja. Tú me enseñas cómo amar a Dios entre las tormentas, Tú eres mi escudo y mi defensa contra el enemigo. " (Diario 1232).
Oración: Santa Faustina, la hija más fiel de la Madre de la Misericordia, permíteme esconderme junto a tí, bajo su manto; para que ella me lleva a Jesús y me enseñe a participar en su vida y en la misión de revelar al mundo la misericordia del Padre celestial. Como María, quiero dar a conocer a Jesús – la Misericordia encarnada - a todas las personas; y preparar al mundo para su segunda venida.
Virgen María: “Su vida debe ser similar a la mía, silenciosa y escondida; deben unirse continuamente a Dios, rogar por la humanidad y preparar al mundo para la segunda venida de Dios”. (Diario 625).
Santa Faustina: “Oh dulce Madre de Dios, sobre Ti modelo mi vida, Tú eres para mí una aurora radiante, en ti me pierdo extasiada. Oh Madre, Virgen Inmaculada, en ti el rayo divino se refleja. Tú me enseñas cómo amar a Dios entre las tormentas, Tú eres mi escudo y mi defensa contra el enemigo. " (Diario 1232).
Oración: Santa Faustina, la hija más fiel de la Madre de la Misericordia, permíteme esconderme junto a tí, bajo su manto; para que ella me lleva a Jesús y me enseñe a participar en su vida y en la misión de revelar al mundo la misericordia del Padre celestial. Como María, quiero dar a conocer a Jesús – la Misericordia encarnada - a todas las personas; y preparar al mundo para su segunda venida.