ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: DÍA SEXTO...

DÍA SEXTO
AMOR DE DIOS

Todo cuanto fray Martín hacía en sus prácticas y obligaciones y en relación con sus semejantes, era efecto de su amor a Dios. Cuando oraba, pues, se hallaba como en su centro: con frecuencia perdía el uso de los sentidos, quedando largo rato en éxtasis. Muchos testigos dieron testimonio, de haberle visto repetidas veces elevado algunas varas sobre el suelo, en su celda, en la Iglesia, y en la sala capitular conversando con la imagen de Cristo Crucificado. Si a esto añadimos la sublimidad del momento en que recibía a Jesús Sacramentado en que se sentía como en una gloria anticipada, conversando íntimamente con su Dios, no nos extrañará el que, aceptando Dios tan grande amor, hiciera tan poderoso a su fiel y amante Siervo.

Pídase la gracia que se desea.
Un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria.

Oración final

¡Oh Dios mío, que tan generoso sois con quien os ama con sinceridad de corazón; os amarnos, pero deseamos amaros más y más! Haced que por intercesión de San Martín, aumente nuestro amor a Vos. Y tú, Martín benditísimo, ruega por nosotros, alcánzanos el amor puro de Dios, que nos hará dulce el vivir según su ley. Consíguenos también las demás gracias que sabes necesitamos y esperáramos por tu intercesión poderosa y los méritos de Nuestro Señor. Amén.