Cuando vi el cuerpo sin vida de mi madre… sentí un poco de nostalgia… fue increíble. Esa mujer, todo el tiempo llena de vida, que me esperaba cada semana en casa, que me hacía sentir su calor de madre cuando me abrazaba… ahora yacía ahí, en esa cama, fría, pálida… ya no estaba. Le di un beso en su frente y después la colocamos en la caja donde la tendríamos.