2. Dios de algún modo me preparó espiritualmente para la muerte de mi madre. Desde el 16 de agosto, en el clero de mi diócesis se dio un fenómeno un tanto inusual… comenzaron a morirse los familiares de algunos sacerdotes… en dos semanas, fallecieron familiares de 5 sacerdotes (en orden: mamá, papá, hermana, hermano) antes de la muerte de mi mamá. Cuando falleció el 4to, en ese orden, un día mientras rezaba sentí que Dios me dijo: prepárate porque seguís vos. Dos días antes de su muerte, le dije a mi mamá: “Mami, me da miedo que Dios se la quiera llevar, se están muriendo los familiares de los curas”. A lo que ella tranquilamente me respondió: “Si eso es lo que Dios quiere, vos y yo tenemos que ser felices”. Por tanto, cuando supe la noticia de su partida, no sentí, como ya dije, tristeza, ni dolor… Dios ya había preparado mi corazón.