LA FRASE - EL REFRÁN - LÉXICO - FIESTAS
LÉXICO: MEDICINA - EDUCACIÓN - RELIGIÓN - DERECHO-POLÍTICA - AMOR Y SEXO - ECOLOGÍA
ORIGEN DE LA PALABRA - LÉXICO
RÉCORD
Hemos tenido que incorporar esta palabra inglesa a nuestro léxico, porque era necesaria, porque con ella viaja una idea que olvidamos fácilmente, y es que lo que no está en los papeles, no está en la realidad. Es algo así de sencillo. Nos hacemos la ilusión de que los récords son las realidades, y eso no es cierto. Récords son las realidades registradas en un registro ad hoc, que hoy por hoy es el libro Guinnes con carácter general, coexistiendo con una extensa gama de registros particulares, como ocurre en las grandes organizaciones deportivas.
Todos los magnetófonos (cassettes) y magnetoscopios (vídeos) tienen una tecla que dice rec (record), es la tecla de grabación, la de registrar, la de recordar. Pero esta palabra tan inglesa es totalmente latina: viene de recordari, como advierte el Webster’s, que recoge de este término nada menos que 26 acepciones.
La 15, totalmente afín a nuestro "recuerdo", dice: algo o alguien que sirve de recuerdo; memorial: keep this souvenir as a record of your visit (guarda este "suvenir" como recuerdo de tu visita) (observemos de paso en esta frase cómo se mezclan las lenguas: el suvenir francés y el recuerdo latino en una lengua en que este lexema está decantado hacia otros usos).
Y bien, resulta que desde el latín el recordar nos lleva al cor, cordis, el corazón, que fue durante siglos el asiento de toda la mente humana, antes de dividirla (en mala hora) en dos sedes: el cerebro para esa entelequia solitaria llamada inteligencia, y el corazón para los sentimientos. La nueva filosofía nos advierte que los sentimientos y la conciencia son la más extraordinaria creación de la inteligencia humana, con gran ventaja sobre la ciencia y la técnica que tan deslumbrados nos tienen.
Recordar está formado, pues, por el prefijo re, que indica repetición, retorno; más la raíz cord de corazón. Para los romanos, que fueron los inventores de esta palabra, recordar era volverse hacia el corazón, para recoger lo que en él tenemos registrado o recordado. Y como los verbos más antiguos, es de voz media, a medio camino entre la activa y la pasiva. De ahí nos viene el defecto de dicción "me recuerdo".
En latín es recordor, recordaris, recordatus sum, recordari, deponente, con el significado de traer a la memoria, recordar, acordarse. La forma activa se usa para hacer recordar a los demás: "te recuerdo que…" La presencia del corazón en este verbo debe pertenecer al latín más primitivo, porque en la época clásica lo tienen ya totalmente olvidado. Pero debió persistir en el latín coloquial, puesto que lo vemos reaparecer en nuestra lengua con un valor más afín al etimológico.
Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte, contemplando cómo se pasa la vida… dice Jorge Manrique en el arranque de las Coplas a la muerte de su padre. Tres sinónimos usa (recuerde, avive el seso, despierte) para volver al alma en sí (esta sería la más fiel traducción de recordar en este contexto). Etimológicamente recordar es volver al corazón, y algo queda de esto en nuestra lengua, que el recuerdo tiene que ver más con los sentimientos que con la memoria. Pero se nos ha ido la palabra de las manos y al ensancharse su campo de aplicación, se ha reducido su intensidad. Y por si faltase algo, la memoria anda de capa caída.
Mariano Arnal Buscador temático del Almanaque LÉXICO
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ORIGEN DE LA PALABRA - LÉXICO
RÉCORD
Hemos tenido que incorporar esta palabra inglesa a nuestro léxico, porque era necesaria, porque con ella viaja una idea que olvidamos fácilmente, y es que lo que no está en los papeles, no está en la realidad. Es algo así de sencillo. Nos hacemos la ilusión de que los récords son las realidades, y eso no es cierto. Récords son las realidades registradas en un registro ad hoc, que hoy por hoy es el libro Guinnes con carácter general, coexistiendo con una extensa gama de registros particulares, como ocurre en las grandes organizaciones deportivas.
Todos los magnetófonos (cassettes) y magnetoscopios (vídeos) tienen una tecla que dice rec (record), es la tecla de grabación, la de registrar, la de recordar. Pero esta palabra tan inglesa es totalmente latina: viene de recordari, como advierte el Webster’s, que recoge de este término nada menos que 26 acepciones.
La 15, totalmente afín a nuestro "recuerdo", dice: algo o alguien que sirve de recuerdo; memorial: keep this souvenir as a record of your visit (guarda este "suvenir" como recuerdo de tu visita) (observemos de paso en esta frase cómo se mezclan las lenguas: el suvenir francés y el recuerdo latino en una lengua en que este lexema está decantado hacia otros usos).
Y bien, resulta que desde el latín el recordar nos lleva al cor, cordis, el corazón, que fue durante siglos el asiento de toda la mente humana, antes de dividirla (en mala hora) en dos sedes: el cerebro para esa entelequia solitaria llamada inteligencia, y el corazón para los sentimientos. La nueva filosofía nos advierte que los sentimientos y la conciencia son la más extraordinaria creación de la inteligencia humana, con gran ventaja sobre la ciencia y la técnica que tan deslumbrados nos tienen.
Recordar está formado, pues, por el prefijo re, que indica repetición, retorno; más la raíz cord de corazón. Para los romanos, que fueron los inventores de esta palabra, recordar era volverse hacia el corazón, para recoger lo que en él tenemos registrado o recordado. Y como los verbos más antiguos, es de voz media, a medio camino entre la activa y la pasiva. De ahí nos viene el defecto de dicción "me recuerdo".
En latín es recordor, recordaris, recordatus sum, recordari, deponente, con el significado de traer a la memoria, recordar, acordarse. La forma activa se usa para hacer recordar a los demás: "te recuerdo que…" La presencia del corazón en este verbo debe pertenecer al latín más primitivo, porque en la época clásica lo tienen ya totalmente olvidado. Pero debió persistir en el latín coloquial, puesto que lo vemos reaparecer en nuestra lengua con un valor más afín al etimológico.
Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte, contemplando cómo se pasa la vida… dice Jorge Manrique en el arranque de las Coplas a la muerte de su padre. Tres sinónimos usa (recuerde, avive el seso, despierte) para volver al alma en sí (esta sería la más fiel traducción de recordar en este contexto). Etimológicamente recordar es volver al corazón, y algo queda de esto en nuestra lengua, que el recuerdo tiene que ver más con los sentimientos que con la memoria. Pero se nos ha ido la palabra de las manos y al ensancharse su campo de aplicación, se ha reducido su intensidad. Y por si faltase algo, la memoria anda de capa caída.
Mariano Arnal Buscador temático del Almanaque LÉXICO