Día del Retrete
El 24 de julio de 2013 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 67/291 "decide designar el 19 de noviembre Día Mundial del Retrete en el contexto de la iniciativa Saneamiento para Todos", como parte de una campaña de concienciación de la importancia del acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento.
Unos 2.500 millones de personas no tienen acceso a instalaciones de saneamiento adecuadas, como retretes o letrinas.
Esto conlleva unas consecuencias trágicas para la salud, la dignidad y la seguridad humanas, así como para el medio ambiente y el desarrollo social y económico.
Los retretes salvan vidas
Los retretes salvan vidas porque evitan que a través de las heces humanas se propaguen enfermedades mortales. Sin embargo, 4500 millones de personas no cuentan en sus viviendas con sistemas que eliminen los excrementos de forma segura. Celebramos el Día Mundial del Retrete para concienciar acerca de la crisis mundial de saneamiento y fomentar medidas que la resuelvan.
Para 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en concreto el ODS 6, tiene por fin hacer llegar el saneamiento a todos los habitantes del planeta, reducir a la mitad las aguas no tratadas y aumentar su re-utilización.
¿Dónde van las heces?
Este año, la celebración del Día Mundial de Retrete se centra en el tratamiento de las aguas residuales, al igual que el pasado Día Mundial del Agua. En este contexto, nos hacemos la pregunta « ¿Dónde van las heces?».
Para alcanzar el ODS 6, es necesario que las heces pasen por un proceso compuesto por cuatro fases:
Depósito: Las heces deben depositadas retretes higiénicos y almacenadas en fosas o contenedores herméticos, de manera que los excrementos no entren en contacto con las personas.
Transporte: Tuberías o servicios de vaciado de letrinas para llevar las heces a la fase de tratamiento.
Tratamiento: Las heces deben ser tratadas y convertidas en aguas residuales y deshechos depurados para que se puedan volver al medio ambiente sin que supongan un riesgo para la salud pública.
Eliminación y reutilización: Las heces, una vez tratadas correctamente, se pueden reutilizar como combustible o fertilizante.
El 24 de julio de 2013 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 67/291 "decide designar el 19 de noviembre Día Mundial del Retrete en el contexto de la iniciativa Saneamiento para Todos", como parte de una campaña de concienciación de la importancia del acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento.
Unos 2.500 millones de personas no tienen acceso a instalaciones de saneamiento adecuadas, como retretes o letrinas.
Esto conlleva unas consecuencias trágicas para la salud, la dignidad y la seguridad humanas, así como para el medio ambiente y el desarrollo social y económico.
Los retretes salvan vidas
Los retretes salvan vidas porque evitan que a través de las heces humanas se propaguen enfermedades mortales. Sin embargo, 4500 millones de personas no cuentan en sus viviendas con sistemas que eliminen los excrementos de forma segura. Celebramos el Día Mundial del Retrete para concienciar acerca de la crisis mundial de saneamiento y fomentar medidas que la resuelvan.
Para 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en concreto el ODS 6, tiene por fin hacer llegar el saneamiento a todos los habitantes del planeta, reducir a la mitad las aguas no tratadas y aumentar su re-utilización.
¿Dónde van las heces?
Este año, la celebración del Día Mundial de Retrete se centra en el tratamiento de las aguas residuales, al igual que el pasado Día Mundial del Agua. En este contexto, nos hacemos la pregunta « ¿Dónde van las heces?».
Para alcanzar el ODS 6, es necesario que las heces pasen por un proceso compuesto por cuatro fases:
Depósito: Las heces deben depositadas retretes higiénicos y almacenadas en fosas o contenedores herméticos, de manera que los excrementos no entren en contacto con las personas.
Transporte: Tuberías o servicios de vaciado de letrinas para llevar las heces a la fase de tratamiento.
Tratamiento: Las heces deben ser tratadas y convertidas en aguas residuales y deshechos depurados para que se puedan volver al medio ambiente sin que supongan un riesgo para la salud pública.
Eliminación y reutilización: Las heces, una vez tratadas correctamente, se pueden reutilizar como combustible o fertilizante.