TEMAS DEL DÍA EN EL ALMANAQUE
El Almanaque es un medio abierto a todas las opiniones. La opinión de los artículos es responsabilidad de sus autores
LA FRASE - EL REFRÁN - LÉXICO - FIESTAS
LÉXICO: MEDICINA - EDUCACIÓN - RELIGIÓN - DERECHO-POLÍTICA - AMOR Y SEXO - ECOLOGÍA
UNA FRASE: Salutem tibi dico TE DESEO SALUD
Así encabezaban las cartas los romanos, porque la salud era para ellos el resultado de la coincidencia de los buenos augurios, los buenos deseos, las buenas conductas.
¿QUÉ ES EL SIDA?
Hoy día 1 se celebra el Día Internacional del sida: una enfermedad que se ha extendido tanto a lo largo del tiempo y de la geografía humana, que se ha desarrollado en torno a ella una tormenta científica y un movimiento moral semejante por su magnitud al que ha acompañado a las grandes plagas que han hecho historia. Desde su aparición hace 20 años se la revistió del carácter de epidemia, y se pronosticaron sobre ella los más negros vaticinios. En paralelo se crearon ejércitos de especialistas, y se movilizaron ingentes recursos de los estados y de organizaciones supranacionales para luchar contra la epidemia. Surgió un poderoso movimiento social para ayudar a las víctimas del sida a soportar no sólo la enfermedad, sino también y sobre todo a romper el aislamiento a que les condenaba el hecho de sufrir una enfermedad infecciosa, y para más inri de transmisión sexual.
¿Pero qué es el sida? De entrada es un "síndrome", un conglomerado, una enfermedad de enfermedades. Un largo catálogo de enfermedades entran en efecto en el concepto de sida, como manifestaciones de ese misterioso denominador común. Pero no es el mismo a lo largo del tiempo ni a lo ancho de los países. En África se diagnostica el sida de una forma que en Europa se consideraría un despropósito, metiendo ahí buena parte de los problemas crónicos de salud específicos del continente. Es el cajón de sastre en que se meten enfermedades cuya relación con lo que entendemos en Europa por sida es bien escasa.
Tendríamos que hablar por tanto de un sida bastante homogéneo de los países desarrollados, y otros heterogéneos para los continentes subdesarrollados.
Como planteamiento general, como tendencia y como método, sorprende sobremanera que mientras en otras enfermedades se producen con el paso del tiempo y el desarrollo de la investigación, sucesivas divisiones y subdivisiones de la enfermedad, dando lugar a un nombre común con distintos apellidos (así ocurre con el cáncer, con la hepatitis, con la gripe, etc.); en el sida no sólo no se ha empezado ningún género de división ni subdivisión, sino que por el contrario, como si alguien hubiese lanzado la consigna "la unión hace la fuerza", la enfermedad sigue en fase acumulativa: se diagnostican como sida y se engloban bajo ese nombre, un número cada vez mayor de enfermedades ya diagnosticadas y aisladas, en las que concurre el denominador común de presentar distintos niveles de inmunodeficiencia.
Tenía sentido que en el momento de su aparición, que nos cogió desprevenidos, se le diese un nombre tan genérico como el de síndrome; genérico y abierto, puesto que ni en el tiempo ni en el espacio son los mismos los elementos que definen la enfermedad. Es obvio que toda enfermedad progresa en la medida en que fallan las defensas; y si puede más aquélla que éstas, diagnosticamos inmunodeficiencia. En Europa son 29 las enfermedades que están englobadas bajo la denominación de sida; en África, muchas más. Los síntomas y las pruebas para diagnosticarle a un paciente el sida, difieren también considerablemente en Europa y en África. ¿Aún estamos así?
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LA FRASE - EL REFRÁN - LÉXICO - FIESTAS
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UNA FRASE: Salutem tibi dico TE DESEO SALUD
Así encabezaban las cartas los romanos, porque la salud era para ellos el resultado de la coincidencia de los buenos augurios, los buenos deseos, las buenas conductas.
¿QUÉ ES EL SIDA?
Hoy día 1 se celebra el Día Internacional del sida: una enfermedad que se ha extendido tanto a lo largo del tiempo y de la geografía humana, que se ha desarrollado en torno a ella una tormenta científica y un movimiento moral semejante por su magnitud al que ha acompañado a las grandes plagas que han hecho historia. Desde su aparición hace 20 años se la revistió del carácter de epidemia, y se pronosticaron sobre ella los más negros vaticinios. En paralelo se crearon ejércitos de especialistas, y se movilizaron ingentes recursos de los estados y de organizaciones supranacionales para luchar contra la epidemia. Surgió un poderoso movimiento social para ayudar a las víctimas del sida a soportar no sólo la enfermedad, sino también y sobre todo a romper el aislamiento a que les condenaba el hecho de sufrir una enfermedad infecciosa, y para más inri de transmisión sexual.
¿Pero qué es el sida? De entrada es un "síndrome", un conglomerado, una enfermedad de enfermedades. Un largo catálogo de enfermedades entran en efecto en el concepto de sida, como manifestaciones de ese misterioso denominador común. Pero no es el mismo a lo largo del tiempo ni a lo ancho de los países. En África se diagnostica el sida de una forma que en Europa se consideraría un despropósito, metiendo ahí buena parte de los problemas crónicos de salud específicos del continente. Es el cajón de sastre en que se meten enfermedades cuya relación con lo que entendemos en Europa por sida es bien escasa.
Tendríamos que hablar por tanto de un sida bastante homogéneo de los países desarrollados, y otros heterogéneos para los continentes subdesarrollados.
Como planteamiento general, como tendencia y como método, sorprende sobremanera que mientras en otras enfermedades se producen con el paso del tiempo y el desarrollo de la investigación, sucesivas divisiones y subdivisiones de la enfermedad, dando lugar a un nombre común con distintos apellidos (así ocurre con el cáncer, con la hepatitis, con la gripe, etc.); en el sida no sólo no se ha empezado ningún género de división ni subdivisión, sino que por el contrario, como si alguien hubiese lanzado la consigna "la unión hace la fuerza", la enfermedad sigue en fase acumulativa: se diagnostican como sida y se engloban bajo ese nombre, un número cada vez mayor de enfermedades ya diagnosticadas y aisladas, en las que concurre el denominador común de presentar distintos niveles de inmunodeficiencia.
Tenía sentido que en el momento de su aparición, que nos cogió desprevenidos, se le diese un nombre tan genérico como el de síndrome; genérico y abierto, puesto que ni en el tiempo ni en el espacio son los mismos los elementos que definen la enfermedad. Es obvio que toda enfermedad progresa en la medida en que fallan las defensas; y si puede más aquélla que éstas, diagnosticamos inmunodeficiencia. En Europa son 29 las enfermedades que están englobadas bajo la denominación de sida; en África, muchas más. Los síntomas y las pruebas para diagnosticarle a un paciente el sida, difieren también considerablemente en Europa y en África. ¿Aún estamos así?