Estudiaban a San Juan y a Santa Teresa de Jesús. De aquella escuela clandestina en plena invasión nazi, no sólo surgió Wojtyla: un gran sector de Polonia debe en gran parte su firme fe, adulta y compacta, en la vorágine de las más terribles borrascas, al influjo del Doctor Místico. En comunicación constante con Tyranowski y con sus amigos, sorbe a raudales la solidez y belleza de San Juan de la Cruz. Clima adecuado para que en él germine la decisión de ser sacerdote.