Reflexión
La alegría íntima de la solemnidad navideña apenas celebrada, envuelve con su atmósfera mística también el día de hoy que le sigue inmediatamente. Nuestras almas respiran todavía en ese ambiente de maravilla ante el gran acontecimiento que se ha realizado. Es el acontecimiento o, mejor dicho, el misterio del Hijo de Dios que nace en Belén como Hijo del hombre, para hacerse nuestro hermano y salvador.
La alegría íntima de la solemnidad navideña apenas celebrada, envuelve con su atmósfera mística también el día de hoy que le sigue inmediatamente. Nuestras almas respiran todavía en ese ambiente de maravilla ante el gran acontecimiento que se ha realizado. Es el acontecimiento o, mejor dicho, el misterio del Hijo de Dios que nace en Belén como Hijo del hombre, para hacerse nuestro hermano y salvador.