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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Al acabar con estas dos mentiras simples, se me han...

Al acabar con estas dos mentiras simples, se me han venido a la cabeza otras dos, pensando en Donald Trump, populista de derechas que, si Dios no lo impide, podría acabar siendo Presidente de los EEUU. La mentira simple de Trump, y otros populistas de derechas de países ricos, sería cómica si no pudiese llegar a ser trágica. Dice Trump que si llega a Presidente, prohibirá la deslocalización de empresas fuera de los EEUU. Su mentira simple afirma que así, si determinados productos de empresas americanas, en vez de fabricarse en países con mano de obra más barata –digamos que en México, únicamente por poner un ejemplo– se hiciesen en EEUU, se acabaría el paro en su país. Pocas cosas son tan simples y tan falsas. Porque tan pronto como un producto que antes se fabricaba en México, con un coste de mano de obra al nivel de México, se hiciese en EEUU a un coste de mano de obra de EEUU –porque un trabajador en paro de EEUU, acostumbrado a las mentiras simples, se sentiría explotado si se le pagase un sueldo del nivel de México– esos productos dejarían de ser competitivos, no podrían competir con otros fabricados en otros países –como Indonesia, por ejemplo– por empresas de otros países –como Alemania, por ejemplo– y las fábricas de EEUU acabarían también por cerrar. Eso sí, en el ínterin, México se empobrecería. Y esto daría lugar a graves desajustes mundiales que no traerían nada bueno. Aunque no voy a afirmar que algo parecido a esto fuese la causa de la II Guerra Mundial, sí que afirmo que fue un factor coadyuvante de la misma, precisamente por el proteccionismo del New Deal de F. D. Roosevelt. Para evitar el desempleo en los países desarrollados por la deslocalización de empresas, éstos deberían crear nuevas empresas que cubriesen ese gap con productos nuevos que resolviesen nuevas necesidades o problemas de la gente. Pero con una situación impositiva como la descrita más arriba esto es muy difícil que ocurra. Y si no ocurre, entonces no hay manera humana de cubrir con nuevos productos la pérdida de producción deslocalizada y, a largo plazo, el sistema se colapsa. A lo mejor en vez de populismos ridículos basados en mentiras simples, habría que pensar en corregir esto con alguna verdad compleja, ¿no? Pero con la mente de los ciudadanos de los países desarrollados intoxicada de mentiras simples, ¿quién le pone el cascabel al gato?