Por otro lado, hay personas que buscarán la felicidad en el poder, pero sabemos que por mucho poder que tenga, nunca se librará de los peligros o dificultades en su vida. Esto le llevará a preocuparse por ello, y no se satisfarán plenamente sus necesidades. Otros pensarán que la felicidad está en los bienes del cuerpo (la salud, por ejemplo). El hombre está compuesto de alma y cuerpo; y este último necesita el alma para vivir. Entonces, si los bienes del cuerpo satisfarían plenamente nuestra felicidad, no necesitaríamos nuestra alma; lo que es simplemente absurdo. Lo mismo se podría decir de los placeres, pues ellos son bienes del cuerpo, y como tales, necesitan de algo más para satisfacerse (el alma).