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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: “2006-04-01 19:32:10 A propósito del pez vampiro y...

“2006-04-01 19:32:10 A propósito del pez vampiro y lo del saco de monedas a la espalda. Ambas cosas son ciertas. Lo contaba el hermano Cayo, allí en la esquina dentro de un corro de niños, que no nos cansábamos de oirlo una y mil veces, a pesar del canguis que nos entraba y que por la noche, tuvieramos que ir a la cama de los padres. Decía que él lo había visto repetidamente, y que alguna vez creía que le había hablado y le había hecho señas con los ojos; pero no podía asegurarlo, de lo fiplado que se encontraba. Había que subir al cerro del Castillo y en la última muralla, por debajo había un agujero, comienzo de una cueva a la que se podía acceder gateando, al final en el techo había un agujero, con una corriente de aire muy frio, que ya empezaba a helar la sangre de las venas. Alargando el cuello se podía ver una amplia sala, poco iluminada. Con paciencia, y el que podía mantenerse mirando un rato, por el miedo que se sentía y por los ruidos que se escuchaban, seguro que podría ver un hombre enorme, de tez negra y el pelo casi rubio rizado, con unos gruesos labios y rasgos duros de cara, con arillos en las orejas, muy musculoso, por lo que podía ir cargado con un gran y pesado saco, que dejaba ver que su interior estaba colmado de monedas de oro. La alegría del que podía aguantar a verlo, era tal que lo que se deseaba era salir rápido para gritarles a todos que lo había visto, porque la tradición decía, que solo se podía ver una vez, y el hermano Cayo lo había visto. Yo puedo asegurar que en ninguna ocasión conseguí verlo, porque nunca me atreví a pasar el primero, y porque al poco rato de estar en la cueva, los de delante empezaban a meter miedo y salíamos todos de raja. Y lo del pez vampiro igual de verdad. íbamos a por cangrejos al Cazarejo, y antes del estrecho, en el Batán había una poza, que al oscurecer la sobrevolaban muchos morceguillos, la cueva de los murciélagos estaba un poco mas arriba. Entonces no sabíamos por qué, hasta que el maestro en la escuela polifacética, y sabréis por qué la denomino así, de Alconchel, nos enseñó que disponian de un aparato, los morceguillos, que habían inventado los yanquis para la guerra y no se les escapaba ni un mosquito, porque ver, veían poco y además de noche. Bueno que me pierdo, como no se quede. Pues una noche vimos, que no solo atacaban a los mosquitos, sino también a los pececillos, y sobretodo uno mas grande, que no sabíamos si se quería comer al pez o juguetear con él. Mas tarde pero ya en la Uni, aprendimos que aunque los vampiros son mamíferos, cómo chupaban de un cigarrillo hasta quedar atontados, he dicho que son mamíferos por algo; y los peces son ovíparos, esto no lo enseñaban en la escuela, pues puede ocurrir y de hecho ocurre, que por un fallo de las leyes naturales ¡zas!. Y a los nueve meses, mas o menos, eso no lo aprendí muy bien, pues eso, peces vampiros en el Cazarejo que desemboca en el Záncara. Saludos cordiales Gabriel.”