Al día siguiente "Por la mañana, al pasar, vieron que la higuera se había secado de raíz". Los discípulos estaban acostumbrados a los milagros, pero esta vez se sorprenden, pues se dan cuenta que forma parte del mensaje de Jesús que les habla por medio de un símbolo. Un árbol frondoso y prometedor se ha secado casi de repente. "Y acordándose Pedro, le dijo: Rabbí, mira, la higuera que maldijiste se ha secado". Era como decirle explícanos esta nueva parábola unida a un milagro tan extraño. Jesús abre su alma y les explica algo esencial: el valor de la fe y la importancia del perdón y les contestó: "Tened fe en Dios". La necesitarán pues dentro de poco van a ver la debilidad de Dios, o mejor, un manifestarse del amor divino que se abajará al máximo para ganar la buena voluntad de los hombres. Para personas acostumbradas a considerar a Dios lleno de poder y majestad, es un escándalo verle humilde para vivir el misterio del perdón.