Cierto que no es lo mismo participar de la Misa en forma presencial, que por estos medios electrónicos. No se hace por comodidad y flojera, sino por necesidad. Es por cuidar tu salud, que es lo que Dios quiere. Es una gracia que tengamos estos recursos tecnológicos, que nos acercan a los misterios divinos. Además, Dios no depende de distancias, sino que llega a ti dondequiera que estés, siempre y cuando tengas el corazón dispuesto. La gloria de Dios, como decía San Irineo, es que el ser humano tenga vida, no que la expongamos y la perdamos. A Dios le importas tú, no tanto se importa a Sí mismo. Así es nuestro Dios, todo amor y misericordia. No quiere esclavos, sino hijos, a quienes ama con todo su ser. La Iglesia quiere cuidar a sus hijos, no exponerlos ante esta pandemia.