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Hasta la fecha, lo visto en los estadios españoles ha sido un TOSTÓN con mayúsculas. Aburrimiento, bostezos, aunque los protagonistas lleven el escudo del Barça o del Madrid. Antes del virus, los estadios de Primera División recibían en torno a 350.000 espectadores de media cada fin de semana. Sólo un final de Liga emocionante, tanto en la lucha por el título como por la permanencia, podría paliar el desastre económico para las teles de Roures y cía. La esperanza es lo último que se pierde: Quedan 27 puntos en juego y todo por decidir, desde el ganador del torneo hasta el descenso, pasando por los puestos de Champions y Europa League.
El pasado 7 de diciembre, el Barça goleó al Mallorca en el Camp Nou con cerca de 80.000 aficionados en las gradas y otros 858.000 que pagaron a las teles privadas por verlo en casa o en el bar. Siete meses después, los de Setién han vuelto a golear al conjunto de Vicente Moreno, sin público en Son Moix y con 740.000 aficionados pagando a las teles de Roures y cía. 118.000 menos que los que pagaron en el partido de la primera vuelta.
Si analizamos los otros equipos más seguidos por televisión. El Athletic-Altético de Madrid deparó 15.000 paganos menos con respecto al de la primera vuelta, pese a que los madrileños venían espoleados por el espíritu de Anfield, mientras que el Levante-Valencia perdió 136.000. Solo crecieron, de los partidos estudiados, el Sevilla-Betis, con 81.000 espectadores más que en el derby de la primera vuelta 2019 y el Real Madrid-Eibar, que creció 116.000 televidentes con audio enlatado incluido.
Siguiendo las comparaciones de la única liga que se activó antes que la española, la Bundesliga alemana ha conseguido disparar su difusión un 27% y sigue estableciendo récords históricos de audiencia en televisión
¿Por qué ha bajado la audiencia de LALIGA?. Unos culpan a la climatología: los espectadores consumen más contenidos cuando la temperatura es fría y tienden a salir a la calle cuando hace calor. A finales de primavera y durante el verano bajan las audiencias en la televisión, en la radio y en internet, todo ello potenciado por el largo confinamiento que estamos padeciendo.
Otros factores que pueden influir en la caída del interés por el fútbol, señalan los horarios de los partidos, el temor por la situación económica o la desinformación inicial. Pese a que LaLiga se ha esforzado por comunicar su vuelta a los estadios, el calendario se ha compactado tanto que los aficionados se atolondran cuando hay partido todos los días de la semana. España no es Alemania. Ver los estadios vacíos nos mata el alma, ya sea por la tele o acudiendo al campo como experimenté el primero de octubre del 2017 en el Camp Nou. Los cuatro colegas que ayer asistieron al Barça-Leganés, así lo reflejan hoy en sus crónicas.
Hasta la fecha, lo visto en los estadios españoles ha sido un TOSTÓN con mayúsculas. Aburrimiento, bostezos, aunque los protagonistas lleven el escudo del Barça o del Madrid. Antes del virus, los estadios de Primera División recibían en torno a 350.000 espectadores de media cada fin de semana. Sólo un final de Liga emocionante, tanto en la lucha por el título como por la permanencia, podría paliar el desastre económico para las teles de Roures y cía. La esperanza es lo último que se pierde: Quedan 27 puntos en juego y todo por decidir, desde el ganador del torneo hasta el descenso, pasando por los puestos de Champions y Europa League.
El pasado 7 de diciembre, el Barça goleó al Mallorca en el Camp Nou con cerca de 80.000 aficionados en las gradas y otros 858.000 que pagaron a las teles privadas por verlo en casa o en el bar. Siete meses después, los de Setién han vuelto a golear al conjunto de Vicente Moreno, sin público en Son Moix y con 740.000 aficionados pagando a las teles de Roures y cía. 118.000 menos que los que pagaron en el partido de la primera vuelta.
Si analizamos los otros equipos más seguidos por televisión. El Athletic-Altético de Madrid deparó 15.000 paganos menos con respecto al de la primera vuelta, pese a que los madrileños venían espoleados por el espíritu de Anfield, mientras que el Levante-Valencia perdió 136.000. Solo crecieron, de los partidos estudiados, el Sevilla-Betis, con 81.000 espectadores más que en el derby de la primera vuelta 2019 y el Real Madrid-Eibar, que creció 116.000 televidentes con audio enlatado incluido.
Siguiendo las comparaciones de la única liga que se activó antes que la española, la Bundesliga alemana ha conseguido disparar su difusión un 27% y sigue estableciendo récords históricos de audiencia en televisión
¿Por qué ha bajado la audiencia de LALIGA?. Unos culpan a la climatología: los espectadores consumen más contenidos cuando la temperatura es fría y tienden a salir a la calle cuando hace calor. A finales de primavera y durante el verano bajan las audiencias en la televisión, en la radio y en internet, todo ello potenciado por el largo confinamiento que estamos padeciendo.
Otros factores que pueden influir en la caída del interés por el fútbol, señalan los horarios de los partidos, el temor por la situación económica o la desinformación inicial. Pese a que LaLiga se ha esforzado por comunicar su vuelta a los estadios, el calendario se ha compactado tanto que los aficionados se atolondran cuando hay partido todos los días de la semana. España no es Alemania. Ver los estadios vacíos nos mata el alma, ya sea por la tele o acudiendo al campo como experimenté el primero de octubre del 2017 en el Camp Nou. Los cuatro colegas que ayer asistieron al Barça-Leganés, así lo reflejan hoy en sus crónicas.