Luz ahora: 0,14907 €/kWh

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Creencias populares en la alimentación que no son lo...

Creencias populares en la alimentación que no son lo que parecen

Nutritienda. com desmonta diez mitos alimenticios que nos han acompañado a todos a lo largo de los años

Durante muchos años se han conservado unas creencias populares respecto a la alimentación que no son lo que parecen, hay muchos dichos que se van enseñando generación tras generación que en realidad no son ciertos pero que se dicen y hacen sin saber si tienen alguna lógica. Los expertos nutricionistas de www. nutritienda. com, la empresa on line líder en productos de salud y belleza, han elaborado una lista con diez de los mitos alimenticios más populares que nos han acompañado a todos a lo largo de los años y explican si tienen alguna base real:

1. Beber agua en las comidas engorda
La creencia de que beber agua en las comidas engorda podría venir de la supuesta retención de líquidos, pero ¿es esto realmente cierto?. Lo primero que hay que saber es que el agua no contiene calorías, por lo que, si se toma antes, durante o después de cualquier comida vamos a ingerir cero calorías. Partiendo de esta afirmación, se puede asegurar que el agua no engorda si se toma durante las comidas.

Además, tampoco es cierto que provoque retención de líquidos, sino todo lo contrario, estimula el funcionamiento de los riñones y contribuye a un buen equilibrio hídrico. De hecho, la ingesta de agua durante las comidas puede reforzar los efectos de una dieta de adelgazamiento ya que si uno bebe agua puede hacer que coma menos porque se llena el estómago y provoca que se sacie antes. Y entonces, ¿a qué se debe esta creencia?. Hay teorías sobre la dilución de los ácidos del estómago, lo cual podría interferir en la digestión de los macronutrientes, pero la realidad es que el agua no diluye los jugos gástricos como para interferir en la digestión, habría que beber mucha agua para que esto sucediese. Por tanto, se puede decir que siempre es recomendable beber agua a cualquier hora del día, pero como todo, de una forma pausada y relajada.

2. Después de la leche nada eches
¿Después de la leche nada eches?, es una de las frases que más se han oído a lo largo de los años por parte de las madres y abuelas y es uno de esos mitos que han estado siempre presentes. Pero... esta afirmación ¡es completamente falsa!. La leche, cuando se ingiere, pasa por un proceso de digestión, como el resto de alimentos, a través del estómago, dónde se encuentra con sustancias mucho más ácidas que cualquier alimento que se pueda tomar, por lo tanto, en el propio proceso de la digestión la leche se corta en el estómago para poder digerirse.

Con lo cual, este lácteo siempre se va a �cortar�, se beba lo que se beba antes o después, este proceso es natural y no es dañino para la salud, se produce para que pueda digerirse y pueda descomponerse en pequeños nutrientes; en realidad, hay muchos alimentos hechos a base de la fermentación de la leche por adición de ácidos que no producen ningún malestar, como pueden ser yogurt, requesón, muchos quesos... etc. Otra cosa muy distinta es cuando la leche se altera debido a que en ella han crecido bacterias que degradan la lactosa y producen ácido láctico, es decir, cuando la leche se agria y se pone en mal estado. Estas bacterias sí sientan mal y son malas para el cuerpo.

3. El pan engorda
Otra de las creencias populares es que el pan engorda; pues no, el pan no engorda, o por lo menos no en exceso, ya que es pobre en grasa y rico en hidratos de carbono, por lo que es una buena fuente de energía. Realmente lo que engorda es la cantidad de calorías que se consumen en función de la estatura, peso, ejercicio realizado... El pan no es excesivamente calórico, pero hay que evitar los panes industriales y apostar por lo artesanal hechos con fermentos naturales y harinas de calidad y elegir siempre el pan integral antes que cualquier variedad de cereal blanco refinado.

4. El zumo pierde las vitaminas pasadas las horas
Una de las frases favoritas de todas las madres es la de �¡bébete el zumo rápido que se le van las vitaminas!�. ¿Qué hay de cierto en esto? La vitamina C es hidrosoluble, es decir soluble en agua, y no es una de las vitaminas más estables, oxidándose rápidamente por la luz o la temperatura ambiente. En la oxidación es en lo que se basa esa teoría de que �pierde las vitaminas�, pero no es así, la sustancia que se genera con la oxidación de la vitamina C es el ácido dehidroascórbico, un ácido que sigue teniendo las mismas propiedades que la vitamina C, por lo que la oxidación no afecta a sus propiedades. Sólo podría perderlas en condiciones extremas como si se calienta a 120º. Así que no hay que preocuparse, se puede beber el zumo con tranquilidad sin miedo a perder vitaminas, lo único es que el sabor puede variar ligeramente y volverse algo amargo.
-
/...