Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono
16 de septiembre
Mensaje del Secretario General para 2020
Pocos acuerdos mundiales han producido tan buenos resultados como el Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono. Hoy, en el Día Mundial del Ozono, celebramos los 35 años de este Convenio, que fue el primer paso para arreglar el agujero de la capa de ozono del planeta.
Los gases utilizados en aerosoles y aparatos de refrigeración estaban causando este agujero. En el marco del Protocolo de Montreal del Convenio, los Gobiernos, la comunidad científica y la industria trabajaron de consuno y han logrado sustituir hasta la fecha el 99 % de estos gases. La capa de ozono está ahora recuperándose, contribuyendo a proteger la salud de la humanidad y el ecosistema.
Pero el trabajo del Protocolo de Montreal no ha terminado. La Enmienda de Kigali al Protocolo permite a la comunidad internacional encontrar alternativas a los refrigerantes que contribuyen a la creciente amenaza de las perturbaciones climáticas. Si se aplica en su totalidad, la Enmienda de Kigali puede evitar el calentamiento de 0,4 grados centígrados del planeta. Felicito a las 100 Partes que han estado liderando con el ejemplo.
Al mirar hacia la recuperación mundial de la devastación social y económica causada por la pandemia de COVID-19 debemos comprometernos a construir sociedades más fuertes y resilientes. Es nuestro deber esforzarnos e invertir en afrontar el cambio climático y en proteger la naturaleza y los ecosistemas que nos sostienen.
Los tratados sobre el ozono destacan como buenos ejemplos de cómo hay pocos límites a lo que podemos lograr en una causa común cuando prevalece la voluntad política. Hagamos que este trabajo conjunto para preservar la capa de ozono nos sirva de estímulo para mostrar la misma determinación en sanar el planeta y forjar un futuro más prometedor y equitativo para toda la humanidad.
16 de septiembre
Mensaje del Secretario General para 2020
Pocos acuerdos mundiales han producido tan buenos resultados como el Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono. Hoy, en el Día Mundial del Ozono, celebramos los 35 años de este Convenio, que fue el primer paso para arreglar el agujero de la capa de ozono del planeta.
Los gases utilizados en aerosoles y aparatos de refrigeración estaban causando este agujero. En el marco del Protocolo de Montreal del Convenio, los Gobiernos, la comunidad científica y la industria trabajaron de consuno y han logrado sustituir hasta la fecha el 99 % de estos gases. La capa de ozono está ahora recuperándose, contribuyendo a proteger la salud de la humanidad y el ecosistema.
Pero el trabajo del Protocolo de Montreal no ha terminado. La Enmienda de Kigali al Protocolo permite a la comunidad internacional encontrar alternativas a los refrigerantes que contribuyen a la creciente amenaza de las perturbaciones climáticas. Si se aplica en su totalidad, la Enmienda de Kigali puede evitar el calentamiento de 0,4 grados centígrados del planeta. Felicito a las 100 Partes que han estado liderando con el ejemplo.
Al mirar hacia la recuperación mundial de la devastación social y económica causada por la pandemia de COVID-19 debemos comprometernos a construir sociedades más fuertes y resilientes. Es nuestro deber esforzarnos e invertir en afrontar el cambio climático y en proteger la naturaleza y los ecosistemas que nos sostienen.
Los tratados sobre el ozono destacan como buenos ejemplos de cómo hay pocos límites a lo que podemos lograr en una causa común cuando prevalece la voluntad política. Hagamos que este trabajo conjunto para preservar la capa de ozono nos sirva de estímulo para mostrar la misma determinación en sanar el planeta y forjar un futuro más prometedor y equitativo para toda la humanidad.