Antecedentes
"An Act against Atheism and Blasphemy, Massachusetts Bay Colony, 1697" (Acta contra la blasfemia y ateísmo, Colonia de Massachusetts, 1697). Respecto a las penas dice: "Cada infractor será castigado con: pena de prisión no superior a seis meses (...); puesto en la picota; por azotes; atravesada la lengua con un hierro al rojo vivo; o sentado en la horca con una cuerda alrededor de su cuello..."
Justin Trottier, coordinador de Toronto del Día de la blasfemia, declaró en su entrevista con USA Today: "No estamos buscando ofender, pero si en el curso del diálogo y el debate, las personas se ofenden, ese no es nuestro problema. No existe el derecho humano a no ser ofendido".
En muchos países del mundo existen leyes contra la blasfemia. Aunque en gran parte de Europa y América del Norte han sido abolidas, siguen vigentes en Austria, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Italia, Liechtenstein, Islandia, Países Bajos y San Marino. También hay "leyes de desacato" religioso en 21 países europeos.
Irlanda aprobó la Ley de difamación de 2009 (Defamation Act 2009): "Una persona que publique o pronuncie blasfemias será culpable de un delito y podrá ser condenada a una multa que no exceda de 25 000 €".
Finlandia ha sido el escenario de varios juicios notables sobre la blasfemia en la década de 2000. Jussi Halla-aho, un lingüista finlandés, bloguero político, concejal de Helsinki y posterior miembro del parlamento, fue acusado de "culto religioso preocupante" debido a publicaciones en Internet en las que llamó a Mahoma un pedófilo. Halla-aho fue multado con 330 €.
En India, en abril de 2012, Sanal Edamaruku denunció el fraude en un supuesto milagro de la iglesia católica de Mumbai y fue acusado de blasfemia por ofender a un grupo religioso, lo que significa cárcel en dicho país. Edamaruku huyó al exilio a Finlandia y otros países.
El artículo 525 del Código penal español considera "escarnio" de "sentimientos" religiosos, "dogmas", "creencias" o "ritos o ceremonias". Esta extensión a "dogmas" y "creencias" lo hace bastante cercano a una ley de blasfemia en la práctica, dependiendo de la interpretación del juez.
En algunos países, la blasfemia se castiga con la muerte, como en Afganistán, 15 Pakistán, y Arabia Saudita. Seis estados de EE. UU. (Massachusetts, Míchigan, Carolina del Sur, Oklahoma, Pensilvania y Wyoming) todavía tienen leyes contra la blasfemia en su legislación, a pesar de que rara vez se aplican.
Existen en cambio, países como Holanda que han despenalizado la blasfemia.
"An Act against Atheism and Blasphemy, Massachusetts Bay Colony, 1697" (Acta contra la blasfemia y ateísmo, Colonia de Massachusetts, 1697). Respecto a las penas dice: "Cada infractor será castigado con: pena de prisión no superior a seis meses (...); puesto en la picota; por azotes; atravesada la lengua con un hierro al rojo vivo; o sentado en la horca con una cuerda alrededor de su cuello..."
Justin Trottier, coordinador de Toronto del Día de la blasfemia, declaró en su entrevista con USA Today: "No estamos buscando ofender, pero si en el curso del diálogo y el debate, las personas se ofenden, ese no es nuestro problema. No existe el derecho humano a no ser ofendido".
En muchos países del mundo existen leyes contra la blasfemia. Aunque en gran parte de Europa y América del Norte han sido abolidas, siguen vigentes en Austria, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Italia, Liechtenstein, Islandia, Países Bajos y San Marino. También hay "leyes de desacato" religioso en 21 países europeos.
Irlanda aprobó la Ley de difamación de 2009 (Defamation Act 2009): "Una persona que publique o pronuncie blasfemias será culpable de un delito y podrá ser condenada a una multa que no exceda de 25 000 €".
Finlandia ha sido el escenario de varios juicios notables sobre la blasfemia en la década de 2000. Jussi Halla-aho, un lingüista finlandés, bloguero político, concejal de Helsinki y posterior miembro del parlamento, fue acusado de "culto religioso preocupante" debido a publicaciones en Internet en las que llamó a Mahoma un pedófilo. Halla-aho fue multado con 330 €.
En India, en abril de 2012, Sanal Edamaruku denunció el fraude en un supuesto milagro de la iglesia católica de Mumbai y fue acusado de blasfemia por ofender a un grupo religioso, lo que significa cárcel en dicho país. Edamaruku huyó al exilio a Finlandia y otros países.
El artículo 525 del Código penal español considera "escarnio" de "sentimientos" religiosos, "dogmas", "creencias" o "ritos o ceremonias". Esta extensión a "dogmas" y "creencias" lo hace bastante cercano a una ley de blasfemia en la práctica, dependiendo de la interpretación del juez.
En algunos países, la blasfemia se castiga con la muerte, como en Afganistán, 15 Pakistán, y Arabia Saudita. Seis estados de EE. UU. (Massachusetts, Míchigan, Carolina del Sur, Oklahoma, Pensilvania y Wyoming) todavía tienen leyes contra la blasfemia en su legislación, a pesar de que rara vez se aplican.
Existen en cambio, países como Holanda que han despenalizado la blasfemia.