En cuanto a productos de limpieza, cada uno tiene sus marcas favoritas de friegasuelos, lavavajillas, limpiacristales, limpiamuebles, quitagrasas, pero los que no pueden faltar son:
Lejía, un básico que desinfecta y blanquea, válido para todas las superficies de la cocina, el baño, los electrodomésticos, los suelos, cristales, pomos de puertas... Se utiliza diluida en agua fría.
Amoniaco, es desengrasante y blanqueador, ideal para limpiar ventanas y cristales, también para suelos que no sean de madera. No es agresivo con los metales. Hay que usarlo disuelto en agua y preferiblemente en espacios ventilados. Nunca mezclar lejía y amoniaco.
Vinagre, desengrasa y elimina los malos olores. Ideal para quitar la cal de los metales o para dar brillo a los suelos de parqué. También para el interior del horno.
Bicarbonato, para limpiar, desodorizar y blanquear, por ejemplo, limpia cazuelas, acero inoxidable, plata, vidrio... y también azulejos y sanitarios.
Lejía, un básico que desinfecta y blanquea, válido para todas las superficies de la cocina, el baño, los electrodomésticos, los suelos, cristales, pomos de puertas... Se utiliza diluida en agua fría.
Amoniaco, es desengrasante y blanqueador, ideal para limpiar ventanas y cristales, también para suelos que no sean de madera. No es agresivo con los metales. Hay que usarlo disuelto en agua y preferiblemente en espacios ventilados. Nunca mezclar lejía y amoniaco.
Vinagre, desengrasa y elimina los malos olores. Ideal para quitar la cal de los metales o para dar brillo a los suelos de parqué. También para el interior del horno.
Bicarbonato, para limpiar, desodorizar y blanquear, por ejemplo, limpia cazuelas, acero inoxidable, plata, vidrio... y también azulejos y sanitarios.