Pueblo judío
El pueblo judío celebra Janucá (también Festividad de las Luminarias), que tiene lugar en 25 de Kislev (mes del calendario judío que cae a finales de noviembre o principios de diciembre según el calendario gregoriano) y consiste en una celebración de ocho días para conmemorar cómo el candelabro del Segundo Templo de Jerusalén se mantuvo encendido durante ocho días seguidos sin tener casi aceite para mantener las llamas. Los judíos lo consideran un milagro. Es por ello que en Janucá se enciende un candelabro de nueve brazos (januquiá). Los cuatro brazos en cada lado representan los ocho días de celebración del milagro del aceite, mientras que el del medio, conocido como shamash (siervo), se usa para encender los demás. Se encienden candelabros con velas o aceite cerca de las ventanas o las puertas, para iluminar el interior de la propia casa, pero también el exterior; haciendo que sean visibles para la gente de la calle y así, recuerden el milagro. Durante esos días se intercambian regalos, se organizan reuniones familiares para comer o cenar y, como en otras culturas, no faltan los cánticos y las fiestas.
El pueblo judío celebra Janucá (también Festividad de las Luminarias), que tiene lugar en 25 de Kislev (mes del calendario judío que cae a finales de noviembre o principios de diciembre según el calendario gregoriano) y consiste en una celebración de ocho días para conmemorar cómo el candelabro del Segundo Templo de Jerusalén se mantuvo encendido durante ocho días seguidos sin tener casi aceite para mantener las llamas. Los judíos lo consideran un milagro. Es por ello que en Janucá se enciende un candelabro de nueve brazos (januquiá). Los cuatro brazos en cada lado representan los ocho días de celebración del milagro del aceite, mientras que el del medio, conocido como shamash (siervo), se usa para encender los demás. Se encienden candelabros con velas o aceite cerca de las ventanas o las puertas, para iluminar el interior de la propia casa, pero también el exterior; haciendo que sean visibles para la gente de la calle y así, recuerden el milagro. Durante esos días se intercambian regalos, se organizan reuniones familiares para comer o cenar y, como en otras culturas, no faltan los cánticos y las fiestas.