Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina
Tipo día internacional
Primera organización 6 de febrero de 2003
Fecha 6 de febrero
Origen de la celebración África
[editar datos en Wikidata]
El Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina se celebra anualmente el 6 de febrero para denunciar los efectos de la extirpación total o parcial de tejido de los órganos genitales femeninos, particularmente del clítoris (clitoridectomía), con objeto de eliminar el placer sexual en las mujeres, considerando razones culturales, religiosas o cualquier otro motivo no médico. La práctica está considerada por Naciones Unidas una violación de los derechos humanos de las mujeres y de las niñas. En diciembre de 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas exhortó a los Estados, el sistema de las Naciones Unidas y a la sociedad civil a luchar para lograr su eliminación a través de la Resolución 67/146.
La subcomisión de Derechos Humanos de la ONU adoptó el 6 de febrero, en referencia al 6 de febrero de 2003, fecha en la que Stella Obasanjo, primera dama de Nigeria y portavoz de la Campaña contra la Mutilación Genital Femenina, una declaración oficial sobre "Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina" en África durante la conferencia organizada por el Comité Inter-Africano en Prácticas Tradicionales que afectan a la Salud de Mujeres e Infancia (IAC).
La MGF se practica principalmente en 30 países países de África Subsahariana, Asia (Indonesia) y Oriente Medio (Kurdistán iraquí y Yemen). Ninguna religión contempla esta práctica como obligatoria, pero es habitual en muchos grupos religiosos (musulmanes, cristianos y animistas).
Una revisión sistemática de ocho estudios desarrollados en distintos países africanos, concluyó que las leyes y códigos nacionales no son suficientes para acabar con esta práctica. En el mejor de los casos, tienen solo un efecto limitado. Por otro lado, trabajar con las comunidades puede cambiar su actitud frente a la MGF, pero ello dependerá del diseño del plan, del contexto y de su implementación. Asimismo, las intervenciones que no consideraron las necesidades de la comunidad o no involucraron a sus líderes religiosos, contaron con abandonos y baja participación. Por último, trabajar con jóvenes pudiera ser una alternativa rentable y eficaz.
Tipo día internacional
Primera organización 6 de febrero de 2003
Fecha 6 de febrero
Origen de la celebración África
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El Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina se celebra anualmente el 6 de febrero para denunciar los efectos de la extirpación total o parcial de tejido de los órganos genitales femeninos, particularmente del clítoris (clitoridectomía), con objeto de eliminar el placer sexual en las mujeres, considerando razones culturales, religiosas o cualquier otro motivo no médico. La práctica está considerada por Naciones Unidas una violación de los derechos humanos de las mujeres y de las niñas. En diciembre de 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas exhortó a los Estados, el sistema de las Naciones Unidas y a la sociedad civil a luchar para lograr su eliminación a través de la Resolución 67/146.
La subcomisión de Derechos Humanos de la ONU adoptó el 6 de febrero, en referencia al 6 de febrero de 2003, fecha en la que Stella Obasanjo, primera dama de Nigeria y portavoz de la Campaña contra la Mutilación Genital Femenina, una declaración oficial sobre "Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina" en África durante la conferencia organizada por el Comité Inter-Africano en Prácticas Tradicionales que afectan a la Salud de Mujeres e Infancia (IAC).
La MGF se practica principalmente en 30 países países de África Subsahariana, Asia (Indonesia) y Oriente Medio (Kurdistán iraquí y Yemen). Ninguna religión contempla esta práctica como obligatoria, pero es habitual en muchos grupos religiosos (musulmanes, cristianos y animistas).
Una revisión sistemática de ocho estudios desarrollados en distintos países africanos, concluyó que las leyes y códigos nacionales no son suficientes para acabar con esta práctica. En el mejor de los casos, tienen solo un efecto limitado. Por otro lado, trabajar con las comunidades puede cambiar su actitud frente a la MGF, pero ello dependerá del diseño del plan, del contexto y de su implementación. Asimismo, las intervenciones que no consideraron las necesidades de la comunidad o no involucraron a sus líderes religiosos, contaron con abandonos y baja participación. Por último, trabajar con jóvenes pudiera ser una alternativa rentable y eficaz.