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Cuando nos quedamos sin Quique San Francisco
Por Ferran Martínez-Aira
El actor Quique San Francisco nos ha dejado a los 65 años tras serle diagnosticada una neumonía bilateral severa provocada por el coronavirus. Los problemas de salud le habían obligado a suspender el espectáculo de humor ‘La penúltima’ que debía representar el pasado 23 de enero en el centro Mixikebarri de Getxo. Después de toda una vida dedicada al cine —empezó a trabajar de niño, en 1961—, había cobrado más relevancia en el último año por su posicionamiento político y por haber protagonizado un anuncio de Navidad. San Francisco ha sido uno de los actores de carácter más reconocibles del cine español: trabajó con Eloy de la Iglesia en en ‘Navajeros’ y ‘El pico’, títulos icónicos del cine quinqui; con José Luis Cuerda en “Amanece que no es poco” y ‘Así en el cielo como en la tierra’ y con Álex de la Iglesia en ‘Acción Mutante’, entre otros. También interpretó a Tinín en una de las series más longevas de Televisión Española, ‘Cuéntame cómo pasó’.
En los últimos años, San Francisco enfocó su carrera a la televisión y los monólogos, y su última participación en la gran pantalla fue en el papel de Joseba en ‘4 latas’, donde compartió reparto con Jean Reno. Dos veces nominado al Goya a Mejor actor de reparto —una en 1990 por ‘El baile del pato’ y otra en 1993 por ‘Orquesta Club Virginia’—, protagonizó el año pasado un ‘reality show’ ‘Follow San Francisco. Sin embargo, los problemas económicos le obligaron a vender su casa y trasladarse a la habitación de un hotel madrileño, donde residía.
Rogelio Enrique Haro Ariel nació en Madrid en 1955. Hijo de familia de actores: su madre, Queta Ariel, con quien actuó en su primera película, ‘Diferente’; su padre, Vicente Haro, tuvo una larga carrera en el teatro, el cine y la televisión —fue Alfonso Medina en ‘Al salir de clase’— y no conoció a San Francisco hasta que este cumplió 17 años. “Yo con mi padre siempre me he llevado muy bien porque tiene mucho sentido del humor”, confesó en una entrevista. Con él incluso llegó a convivir ya de adulto. “Quedamos en la cafetería Zahara, en la Gran Vía. Entró un señor y me dije: ‘ ¡Coño, este es!’ Yo le dije: ‘Mucho gusto’. Y me invitó a vivir con él”.
San Francisco se crió en Barcelona y en sus primeros años trabajó como modelo infantil. A los seis se inició en el cine y a los ocho en el teatro. Años más tarde quiso alistarse en la Legión y se convirtió en francotirador, pero al tiempo volvió a la capital y volvió a su carrera actoral. Comenzó con pequeños papeles en producciones de Televisión Española, pero donde comenzó a destacar, entre otras cosas por su particular físico, fue de la mano de Eloy de la Iglesia. Fue en esa época, a principios de los 80, con el auge del cine quinqui, cuando San Francisco comenzó a tener problemas serios con las drogas, en particular con la heroína. “Arrasó. A mí me tocó toda esa época y lo viví, pero me libré. Los demás están todos muertos por culpa de la heroína. Se hicieron películas sobre esto y todos, absolutamente todos, fallecieron: Eloy de la Iglesia, Gonzalo Goicoechea, Antonio Flores… Todos. Incluso la hija del de producción. No queda ni Dios. Están todos muertos porque se engancharon con el caballo”, contó en otra entrevista. “Esa generación, la del caballo…, eso es la muerte. Se llevó a mi mejor amigo, Antonio Flores, que era como mi hermano, y a tantos otros… Es jodidísimo salir, muy difícil. Yo lo dejé, entre otras cosas, porque se presentó mi madre y me dijo: ‘Mira, hijo, si vas a estar así, más vale que te mates”.
En ‘Colegas’ conoció a Antonio Flores, su amigo inseparable, y a Rosario Flores, que se convirtió en su pareja. “A Antonio y a mí nos separó la droga. Yo le dije a su madre, a Lola, que lo metiera en una plataforma petrolífera. Era de los tíos que más quería (…). Lola me tenía un cariño de la hostia porque creo que se dio cuenta de que yo cuidaba de su hija a pesar de todo”, le contó a Bertín Osborne en el programa ‘Mi casa es la tuya’. A principios de los 90 vivió su época dorada con dos nominaciones al Goya y su cara fue habitual de la pequeña pantalla gracias a series como ‘Colegio mayor’ o ‘Los ladrones van a la oficina’. En 2002 tuvo un accidente de tráfico grave —un coche lo embistió cuando esperaba con su moto en un semáforo— y estuvo postrado siete meses en la cama y año y medio en una silla de ruedas. Con el nuevo siglo, San Francisco se reconvirtió en monologuista, pero siguió apareciendo esporádicamente en la pequeña pantalla en ‘Cuéntame’ y ‘Gym Tony’.
Cuando nos quedamos sin Quique San Francisco
Por Ferran Martínez-Aira
El actor Quique San Francisco nos ha dejado a los 65 años tras serle diagnosticada una neumonía bilateral severa provocada por el coronavirus. Los problemas de salud le habían obligado a suspender el espectáculo de humor ‘La penúltima’ que debía representar el pasado 23 de enero en el centro Mixikebarri de Getxo. Después de toda una vida dedicada al cine —empezó a trabajar de niño, en 1961—, había cobrado más relevancia en el último año por su posicionamiento político y por haber protagonizado un anuncio de Navidad. San Francisco ha sido uno de los actores de carácter más reconocibles del cine español: trabajó con Eloy de la Iglesia en en ‘Navajeros’ y ‘El pico’, títulos icónicos del cine quinqui; con José Luis Cuerda en “Amanece que no es poco” y ‘Así en el cielo como en la tierra’ y con Álex de la Iglesia en ‘Acción Mutante’, entre otros. También interpretó a Tinín en una de las series más longevas de Televisión Española, ‘Cuéntame cómo pasó’.
En los últimos años, San Francisco enfocó su carrera a la televisión y los monólogos, y su última participación en la gran pantalla fue en el papel de Joseba en ‘4 latas’, donde compartió reparto con Jean Reno. Dos veces nominado al Goya a Mejor actor de reparto —una en 1990 por ‘El baile del pato’ y otra en 1993 por ‘Orquesta Club Virginia’—, protagonizó el año pasado un ‘reality show’ ‘Follow San Francisco. Sin embargo, los problemas económicos le obligaron a vender su casa y trasladarse a la habitación de un hotel madrileño, donde residía.
Rogelio Enrique Haro Ariel nació en Madrid en 1955. Hijo de familia de actores: su madre, Queta Ariel, con quien actuó en su primera película, ‘Diferente’; su padre, Vicente Haro, tuvo una larga carrera en el teatro, el cine y la televisión —fue Alfonso Medina en ‘Al salir de clase’— y no conoció a San Francisco hasta que este cumplió 17 años. “Yo con mi padre siempre me he llevado muy bien porque tiene mucho sentido del humor”, confesó en una entrevista. Con él incluso llegó a convivir ya de adulto. “Quedamos en la cafetería Zahara, en la Gran Vía. Entró un señor y me dije: ‘ ¡Coño, este es!’ Yo le dije: ‘Mucho gusto’. Y me invitó a vivir con él”.
San Francisco se crió en Barcelona y en sus primeros años trabajó como modelo infantil. A los seis se inició en el cine y a los ocho en el teatro. Años más tarde quiso alistarse en la Legión y se convirtió en francotirador, pero al tiempo volvió a la capital y volvió a su carrera actoral. Comenzó con pequeños papeles en producciones de Televisión Española, pero donde comenzó a destacar, entre otras cosas por su particular físico, fue de la mano de Eloy de la Iglesia. Fue en esa época, a principios de los 80, con el auge del cine quinqui, cuando San Francisco comenzó a tener problemas serios con las drogas, en particular con la heroína. “Arrasó. A mí me tocó toda esa época y lo viví, pero me libré. Los demás están todos muertos por culpa de la heroína. Se hicieron películas sobre esto y todos, absolutamente todos, fallecieron: Eloy de la Iglesia, Gonzalo Goicoechea, Antonio Flores… Todos. Incluso la hija del de producción. No queda ni Dios. Están todos muertos porque se engancharon con el caballo”, contó en otra entrevista. “Esa generación, la del caballo…, eso es la muerte. Se llevó a mi mejor amigo, Antonio Flores, que era como mi hermano, y a tantos otros… Es jodidísimo salir, muy difícil. Yo lo dejé, entre otras cosas, porque se presentó mi madre y me dijo: ‘Mira, hijo, si vas a estar así, más vale que te mates”.
En ‘Colegas’ conoció a Antonio Flores, su amigo inseparable, y a Rosario Flores, que se convirtió en su pareja. “A Antonio y a mí nos separó la droga. Yo le dije a su madre, a Lola, que lo metiera en una plataforma petrolífera. Era de los tíos que más quería (…). Lola me tenía un cariño de la hostia porque creo que se dio cuenta de que yo cuidaba de su hija a pesar de todo”, le contó a Bertín Osborne en el programa ‘Mi casa es la tuya’. A principios de los 90 vivió su época dorada con dos nominaciones al Goya y su cara fue habitual de la pequeña pantalla gracias a series como ‘Colegio mayor’ o ‘Los ladrones van a la oficina’. En 2002 tuvo un accidente de tráfico grave —un coche lo embistió cuando esperaba con su moto en un semáforo— y estuvo postrado siete meses en la cama y año y medio en una silla de ruedas. Con el nuevo siglo, San Francisco se reconvirtió en monologuista, pero siguió apareciendo esporádicamente en la pequeña pantalla en ‘Cuéntame’ y ‘Gym Tony’.