LA SEMANA SANTA DÍA A DÍA - DOMINGO DE RESURRECCIÓN
DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN
La alegría iniciada en la misa de la Vigilia Pascual, que siempre es después de las 12 de la noche, la primera hora del domingo, se prolonga durante toda la mañana. Al mediodía vuelve a celebrarse una Misa solemnísima para celebrar la Resurrección. Aleqh CristoV aneste (Alezé Jristós aneste), En verdad, Cristo ha resucitado. Ese es el saludo pascual en la iglesia ortodoxa.
En el oficio de Laudes de este día destaca el cántico de alabanza a Dios del libro de Daniel:
Creaturas todas del Señor, bendecid al señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
Cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
Ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
Astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor,
Vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
Fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
Noche y día bendecid al Señor.
Y prosigue el canto invitando a todas las criaturas a bendecir al Señor. El otro himno precioso del día de Pascua es la secuencia Víctimae Pascali laudes. Pero el canto que marca profundamente la liturgia pascual es el gradual (de gradior, avanzar; es un canto procesional), uno de los más bellos arabescos del adusto canto gregoriano: “Haec dies quam fecit Dóminus, exultemus et laetemur in ea: Gocémonos y alegrémonos en este día que hizo el Señor”. Es la otra cara del florido Cristus factus est del Triduo Santo.
DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN
La alegría iniciada en la misa de la Vigilia Pascual, que siempre es después de las 12 de la noche, la primera hora del domingo, se prolonga durante toda la mañana. Al mediodía vuelve a celebrarse una Misa solemnísima para celebrar la Resurrección. Aleqh CristoV aneste (Alezé Jristós aneste), En verdad, Cristo ha resucitado. Ese es el saludo pascual en la iglesia ortodoxa.
En el oficio de Laudes de este día destaca el cántico de alabanza a Dios del libro de Daniel:
Creaturas todas del Señor, bendecid al señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
Cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
Ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
Astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor,
Vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
Fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
Noche y día bendecid al Señor.
Y prosigue el canto invitando a todas las criaturas a bendecir al Señor. El otro himno precioso del día de Pascua es la secuencia Víctimae Pascali laudes. Pero el canto que marca profundamente la liturgia pascual es el gradual (de gradior, avanzar; es un canto procesional), uno de los más bellos arabescos del adusto canto gregoriano: “Haec dies quam fecit Dóminus, exultemus et laetemur in ea: Gocémonos y alegrémonos en este día que hizo el Señor”. Es la otra cara del florido Cristus factus est del Triduo Santo.