El trabajo de los parlamentos
Unos sistemas parlamentarios sólidos son el pilar de la democracia. Los parlamentos representan la voz del pueblo, aprueban leyes, son los encargados de asignar los fondos para llevar a cabo leyes y políticas, así como de pedir a los gobiernos que rindan cuentas. Su trabajo consiste en velar que esas políticas beneficien a todo el mundo, especialmente a los más vulnerables; por ejemplo, aprobando leyes en temas de violencia contra las mujeres o asegurando un acceso igualitario a la sanidad.
Los parlamentos deben promover, y tienen el poder para ello, la coherencia entre las agendas nacionales y las internacionales. Pueden sacar adelante leyes que hagan efectivas las obligaciones internacionales, aprobar presupuestos que promuevan el cumplimiento de dichas obligaciones y establecer mecanismos de rendición de cuentas respecto al cumplimiento de las promesas de contribución de los Gobiernos ante la comunidad internacional y ante sus propios ciudadanos. Los parlamentos, como garantes de que los gobiernos cumplan con sus deberes, deben promover la creación de gobiernos honestos y receptivos.
Unos sistemas parlamentarios sólidos son el pilar de la democracia. Los parlamentos representan la voz del pueblo, aprueban leyes, son los encargados de asignar los fondos para llevar a cabo leyes y políticas, así como de pedir a los gobiernos que rindan cuentas. Su trabajo consiste en velar que esas políticas beneficien a todo el mundo, especialmente a los más vulnerables; por ejemplo, aprobando leyes en temas de violencia contra las mujeres o asegurando un acceso igualitario a la sanidad.
Los parlamentos deben promover, y tienen el poder para ello, la coherencia entre las agendas nacionales y las internacionales. Pueden sacar adelante leyes que hagan efectivas las obligaciones internacionales, aprobar presupuestos que promuevan el cumplimiento de dichas obligaciones y establecer mecanismos de rendición de cuentas respecto al cumplimiento de las promesas de contribución de los Gobiernos ante la comunidad internacional y ante sus propios ciudadanos. Los parlamentos, como garantes de que los gobiernos cumplan con sus deberes, deben promover la creación de gobiernos honestos y receptivos.