Mujer Africana y Afrodescendiente, ¿existe representatividad de la población?
Se habla de población para indicar el número de habitantes que la componen. Cuando vemos informes demográficos o estudios de población, estos sirven para comprender la dimensión, estructura, procesos que determinan la formación, la conservación y la desaparición de las poblaciones. Esto permite poder desarrollar y crear planes para combatir como, por ejemplo, problemas de desigualdad.
En el Estado español, las cifras existentes para delimitar parte de la población que no entran en el canon hegemónico poblacional se hacen por nacionalidades, impidiendo poder retratar parte de la población que enfrenta desigualdades específicas como el racismo. En el caso de la población africana y afrodescendiente, no se puede distinguir desde una nacionalidad como por ejemplo la colombiana, quién es afrodescendiente o no, además que en el caso de hijos e hijas de migrantes que orígenes tienen (sin poder distinguir en datos un origen africano u otro).
En el caso de las mujeres negras, no poder ver el origen urbano o rural de quien ha migrado, su grupo étnico, etc, además de cosas más específicas como el grado de educación o estatus social dificulta poder abordar problemáticas de género y las consecuencias del racismo.
La inexistencia de representatividad de datos, para visibilizar demandas en la calle y situaciones de discriminación y vulneración de derechos cotidianos por consecuencia del racismo, es un muro en sí que dificulta visibilizar barreras sistemáticas, estructurales e institucionales en el Estado español. El hecho de no tener representación de datos, parafraseando al equipo de implementación del Decenio Internacional para los Afrodescendientes en el Estado español, es una barrera en sí. Sin la existencia de estos datos, no se puede delimitar la dinámica y cómo enfrentan las desigualdades. Somos conscientes que existe una desigualdad por racismo, pero que no existan datos materializados impide poder elaborar un plan para poder combatirlo. No explica la multidiversidad que existe entre mujeres africanas y afrodescendientes, ni sobre cómo se enfrenta a las misogynoir, o la feminización de la pobreza que sufren las mujeres negras.
Se habla de población para indicar el número de habitantes que la componen. Cuando vemos informes demográficos o estudios de población, estos sirven para comprender la dimensión, estructura, procesos que determinan la formación, la conservación y la desaparición de las poblaciones. Esto permite poder desarrollar y crear planes para combatir como, por ejemplo, problemas de desigualdad.
En el Estado español, las cifras existentes para delimitar parte de la población que no entran en el canon hegemónico poblacional se hacen por nacionalidades, impidiendo poder retratar parte de la población que enfrenta desigualdades específicas como el racismo. En el caso de la población africana y afrodescendiente, no se puede distinguir desde una nacionalidad como por ejemplo la colombiana, quién es afrodescendiente o no, además que en el caso de hijos e hijas de migrantes que orígenes tienen (sin poder distinguir en datos un origen africano u otro).
En el caso de las mujeres negras, no poder ver el origen urbano o rural de quien ha migrado, su grupo étnico, etc, además de cosas más específicas como el grado de educación o estatus social dificulta poder abordar problemáticas de género y las consecuencias del racismo.
La inexistencia de representatividad de datos, para visibilizar demandas en la calle y situaciones de discriminación y vulneración de derechos cotidianos por consecuencia del racismo, es un muro en sí que dificulta visibilizar barreras sistemáticas, estructurales e institucionales en el Estado español. El hecho de no tener representación de datos, parafraseando al equipo de implementación del Decenio Internacional para los Afrodescendientes en el Estado español, es una barrera en sí. Sin la existencia de estos datos, no se puede delimitar la dinámica y cómo enfrentan las desigualdades. Somos conscientes que existe una desigualdad por racismo, pero que no existan datos materializados impide poder elaborar un plan para poder combatirlo. No explica la multidiversidad que existe entre mujeres africanas y afrodescendientes, ni sobre cómo se enfrenta a las misogynoir, o la feminización de la pobreza que sufren las mujeres negras.