Biología y ecología
El irbis es un predador muy fuerte, capaz de cazar animales que triplican su tamaño. Tiene uno de los saltos más largos entre los félidos, de hasta 15 m.
Está acostumbrado a caminar por montañas rocosas y aprovecha esto para camuflarse y así acechar a sus presas. Posee un instinto territorial muy fuerte, por lo que puede ser muy agresivo. Sus patas acolchadas por piel actúan como zapatos para la nieve, lo que le ayuda a caminar sobre ella con facilidad.
Incluye entre sus presas diversas especies tales como conejos, ardillas, cabras salvajes, venados, pájaros como el pinzón, chovas de montaña, tares del Himalaya, musarañas, marmotas, íbices siberianos y marjores. Con las bajas temperaturas la comida tarda en descomponerse, de manera que no es extraño que los leopardos de las nieves coman restos de animales que no han cazado.
Son, como la mayoría de las especies de su familia, animales solitarios, salvo en época de reproducción, cuando macho y hembra colaboran para cazar presas mucho más grandes que las usuales.
Los ataques del leopardo de las nieves a los humanos son raros; solo se conocen dos casos. El 12 de julio de 1940, en el desfiladero de Maloamatinsk, Almaty, dos personas fueron atacadas por un leopardo de las nieves, y ambas sufrieron heridas graves. En el segundo caso, no lejos de Almaty, un leopardo de las nieves viejo y desdentado atacó sin éxito a un transeúnte en invierno; fue capturado y llevado a una aldea local. No hay otros registros de ningún leopardo de las nieves que haya atacado a los humanos.
El irbis es un predador muy fuerte, capaz de cazar animales que triplican su tamaño. Tiene uno de los saltos más largos entre los félidos, de hasta 15 m.
Está acostumbrado a caminar por montañas rocosas y aprovecha esto para camuflarse y así acechar a sus presas. Posee un instinto territorial muy fuerte, por lo que puede ser muy agresivo. Sus patas acolchadas por piel actúan como zapatos para la nieve, lo que le ayuda a caminar sobre ella con facilidad.
Incluye entre sus presas diversas especies tales como conejos, ardillas, cabras salvajes, venados, pájaros como el pinzón, chovas de montaña, tares del Himalaya, musarañas, marmotas, íbices siberianos y marjores. Con las bajas temperaturas la comida tarda en descomponerse, de manera que no es extraño que los leopardos de las nieves coman restos de animales que no han cazado.
Son, como la mayoría de las especies de su familia, animales solitarios, salvo en época de reproducción, cuando macho y hembra colaboran para cazar presas mucho más grandes que las usuales.
Los ataques del leopardo de las nieves a los humanos son raros; solo se conocen dos casos. El 12 de julio de 1940, en el desfiladero de Maloamatinsk, Almaty, dos personas fueron atacadas por un leopardo de las nieves, y ambas sufrieron heridas graves. En el segundo caso, no lejos de Almaty, un leopardo de las nieves viejo y desdentado atacó sin éxito a un transeúnte en invierno; fue capturado y llevado a una aldea local. No hay otros registros de ningún leopardo de las nieves que haya atacado a los humanos.